Varsovia, 13 jul (elmundo.cr) – Según los datos de la Comisión Electoral Nacional, la segunda vuelta vio la afirmación de Duda, quien habría ganado con el 51.21% de los votos, mientras que el liberal europeísta y alcalde de Varsovia Rafal Trzaskowski obtuvo un 48,7% de los sufragios.
El margen de menos de dos puntos porcentuales que separan a los dos contendientes está exacerbando los ánimos entre las dos facciones, ya protagonistas de una campaña electoral incandescente y con muchos golpes bajos. De ahí el llamado de las autoridades político-administrativas del país para bajar el tono de la disputa.
La oposición polaca denunció “irregularidades escandalosas” en las urnas, el jefe de la campaña de Trzaskowski, Cezary Tomczyk, dijo que las irregularidades se referirían principalmente al voto en el extranjero, donde aproximadamente medio millón de polacos votaron.
Michal Dworczyk, portavoz del primer Ministro Morawiecki, comentó los últimos datos sobre las elecciones presidenciales y expresó su satisfacción por la alta participación. “Hay que decir que Polonia está dividida hoy (…) Los políticos deberían hacer todo lo posible para tratar de bajar la temperatura de la confrontación”. Durante la campaña surgieron sentimientos de que “en gran medida no eran emociones positivas”, se lamentó Dworczyk.
Polonia queda dividida en dos partes, la Polonia conservadora, profundamente católica, cerrada y rural, representada por Duda, que se aferra a sus prejuicios y sus miedos y una Polonia liberal, europeísta, urbana y con mayores índices de educación, encarnada por el alcalde de Varsovia. Una Polonia que aspira al cambio y una Polonia que se aferra al pasado.
La campaña fue desigual, el candidato oficialista contó con el apoyo del aparato estatal y el coro de medios de comunicación públicos y privados que el PiS ha ido poniendo bajo su control mediante una serie de reformas iliberales contra la libertad de expresión donde fueron ‘purgados’ centenares de periodistas críticos con el régimen y obtuvieron el control de la radio y la televisión pública y de la Agencia Polaca de Noticias (PAP).
Duda fue apoyado por el partido conservador PiS del líder Jaroslaw Kaczynski, así como por el gobierno del primer ministro Mateusz Morawiecki. El alcalde de Varsovia recibió el apoyo de la Coalición Cívica, el mayor partido de oposición, de muchos gobiernos locales y de la sociedad civil que vieron en él la última oportunidad de salvar a Polonia de la hegemonía del Pis y la centralización del poder.
Las elecciones se celebraron bajo estrictas medidas higiénicas, con uso obligatorio de mascarilla y demás medidas sanitarias impuestas por el COVID-19 no afectó el ánimo de los electores dado que la participación en esta oportunidad fue de récord.