Londres, 22 may (elmundo.cr) – Tras su visita oficial, que tuvo lugar del 5 al 16 de noviembre de 2018, Alston indicó en su informe final, publicado este miércoles, que las consecuencias “del experimento de la austeridad” son diáfanas.
“Hay 14 millones de personas que viven en la pobreza, niveles récord de hambre y de personas que se encuentran sin hogar, una esperanza de vida cada vez menor para algunos grupos, menos servicios comunitarios y una gran reducción de normativas, en tanto que el acceso a los tribunales para los grupos de bajos ingresos se ha visto drásticamente reducido por los recortes en la asistencia jurídica”, destacó.
El relator indicó que la imposición de este tipo de políticas fue el resultado de un “proyecto ideológico diseñado para cambiar de forma radical la relación entre el Gobierno y la ciudadanía” y “a la toma de decisiones políticas”, que han provocado el descenso de los niveles de bienestar en un breve lapso debido, pese a disponer de un amplio abanico de opciones.
Acto seguido, denunció que el mantra gubernamental de “trabajo antes que bienestar” transmite el mensaje de que las personas pueden pedir “donativos”, pero que el Estado no ofrecerá la red de seguridad social básica “a la que se comprometieron todos los partidos políticos desde el año 1945”.
“La frase de que “hay más gente empleada que nunca” omite realidades incómodas: se prevé que dentro de dos años alrededor del 40 por ciento de los niños vivirá en condiciones de pobreza, en gran parte debido a la reducción del gasto gubernamental en servicios; el 16 por ciento de las personas mayores de 65 años vivirá en la pobreza relativa; y millones de empleados dependen de diversas formas de donativos para sobrellevar esta situación”.
Modestos avances
Alston admitió que el Gobierno actuó sobre varias de las medidas presentadas en su informe preliminar, como establecer una evaluación única de la pobreza e inspeccionar de forma sistemática la inseguridad alimentaria, entre otros.
Sin embargo, destacó que, pese a los anuncios del fin del periodo de austeridad, continúa una “enorme desinversión” del sistema de seguridad social, y que los cambios recientes no son más que “una simple apariencia” con el objetivo de disminuir las consecuencias políticas.
“La situación exige un nuevo enfoque que incluya la compasión británica y ponga los derechos sociales y la seguridad económica en primer plano.”
El Brexit, otro factor preocupante
El experto señaló que, de continuar adelante la salida del Reino Unido de la Unión Europea (Brexit), “es probable que tenga un importante efecto negativo” para las personas más vulnerables.
Alston concluyó que, pese ser un país que dispone de amplios recursos, los continuos y generalizados recortes del gasto social, “equivalen a medidas regresivas en clara violación de las obligaciones del Reino Unido en materia de derechos humanos”.