Ciudad del Vaticano, 2 oct (VOA) – La policía del Vaticano allanó el martes dos oficinas principales de la Secretaría de Estado de la Santa Sede e incautó documentos y dispositivos electrónicos como parte de una investigación por presuntas irregularidades financieras.
Un comunicado del Vaticano señaló que fueron allanadas la Secretaría de Estado y su Autoridad de Información Financiera (AIF).
Se cree sea la primera vez que se buscaba pruebas en los dos departamentos en medio de presuntos delitos financieros.
La Secretaría de Estado, el departamento más poderoso del Vaticano, es el centro neurálgico de su burocracia y diplomacia, y el corazón administrativo de la Iglesia Católica mundial.
La AIF, encabezada por el abogado suizo Rene Bruelhart, es el controlador financiero con autoridad sobre todos los departamentos del Vaticano.
La declaración del Vaticano no ofreció más detalles, excepto para concluir que la operación fue un seguimiento de las quejas presentadas en el verano por el banco del Estado y la Oficina del Auditor General, relacionadas con “operaciones financieras realizadas en el tiempo”.
Una importante fuente del Vaticano dijo que creía que la operación, que según la declaración había sido autorizada por los fiscales del Vaticano, tenía que ver con transacciones inmobiliarias.
Desde la elección del Papa Francisco en 2013, el Vaticano ha hecho grandes avances en la limpieza de su reputación financiera.
El año pasado, un exjefe del banco del Vaticano y un abogado italiano fueron a juicio por cargos de lavado de dinero y malversación de fondos, a través de negocios inmobiliarios, un proceso asin concluir.
En mayo la AIF dijo que los informes de actividad financiera sospechosa en el Vaticano alcanzaron un mínimo de seis años hasta 2018, una tendencia que los funcionarios dijeron es muestra de las reformas en marcha.
En noviembre de 2017, el Papa Francisco estableció una tercera sección en la Secretaría, enfocada en supervisar el cuerpo diplomático del Vaticano alrededor del mundo.
Durante décadas, el banco, oficialmente conocido como el Instituto de Obras de Religión se vio envuelto en numerosos escándalos financieros de corrupción.