Berlín, 2 ene (dpa) – La polémica continúa persiguiendo a la Policía de Colonia un año después de que el caos se apoderase de la ciudad alemana durante las celebraciones de Nochevieja en las que las fuerzas de seguridad no pudieron evitar la comisión de cientos de agresiones sexuales contra mujeres y otros tantos robos.
Este año, y después de que las autoridades se congratulasen públicamente por una actuación policial que evitó que se repitiesen los episodios vividos en 2015, los agentes encargados por velar de la seguridad en la ciudad vuelven a situarse en el foco de las críticas.
El motivo ha sido la utilización por parte de la Policía en su perfil de Twitter del término “Nafris” para referirse a hombres procedentes de países del norte de África.
“En la estación de tren están siendo controlados en estos momentos cientos de ‘Nafris'”, publicó el organismo el pasado 31 de diciembre a través de la red social.
Desde partidos de la oposición, como Los Verdes, las reacciones no se hicieron esperar. Ambas formaciones criticaron tanto el empleo del término, que calificaron de “inaceptable”, como una intervención policial que, en su opinión, se llevó a cabo en base a motivos racistas.
“Sobre todo hay que plantearse la cuestión de la proporcionalidad y la legalidad cuando cerca de mil personas son controladas y algunas arrestadas simplemente por su aspecto físico”, señaló hoy la copresidenta del partido verde, Simon Peter, en declaraciones al diario “Rheinischer Post”.
Con anterioridad, el jefe de la Policía de Colonia, Jürgen Mathies, había rechazado las críticas vertidas contra las fuerzas de seguridad, acusadas en las últimas horas de seleccionar a sus objetivos en base a su apariencia física.
“Fue por la conducta de esos hombres. La mayor parte de ellos se comportaron de tal forma que parecía probable que cometiesen un delito de forma inminente”, insistió este domingo para a continuación apuntar que la Policía también sometió a controles a ciudadanos alemanes.
Hoy, sin embargo, Mathies lamentó la utilización del término al tiempo que señaló que esta designación formaba parte del argot de trabajo de las fuerzas policiales. “La palabra ha sido ya en ocasiones asumida por los medios de comunicación”, añadió.
Unas palabras que, no obstante, han sido matizadas esta mañana por el Gobierno alemán durante una comparecencia rutinaria ante la prensa en la que un portavoz del ministerio del Interior criticó el empleo del término, insistiendo en que no constituye un término oficial susceptible de ser utilizado internamente por las autoridades.
Desde el sindicato policial DPolG apuntaron que los agentes suelen utilizar el término pero que, en ningún caso, tiene una implicación racista.
“Constituye simplemente una abreviatura para denominar a delincuentes comunes del norte de África pero de ninguna manera tiene una connotación racista o es un insulto”, insistió el presidente de la central sindical, Ernst Walter, en declaraciones a dpa.