Ciudad del Vaticano, 22 mar (elmundo.cr) – La congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos emanó un decreto con las indicaciones que deberán observar los obispos y los sacerdotes de los países azotados por la emergencia COVID-19.
La emergencia coronavirus obligará a los fieles católicos a celebrar los ritos de Semana Santa a través de transmisiones en vivo. La Congregación para el Culto Divino emanó un decreto con las indicaciones a las cuales tendrán que atenerse los obispos y los sacerdotes en los países golpeados por la emergencia. El dicasterio vaticano, presidido por el cardenal Robert Sarah, precisa que “la Pascua no es una fiesta como las otras. Celebrada en el arco de tres días, el Triduo Pascual, precedida por la Cuaresma y coronada por el Pentecostés, no puede ser transferida”.
A pesar de la emergencia sanitaria, será celebrado el domingo de resurrección el 12 de abril, diferente es la posición en relación a la misa crismal, -en la cual se consagran los aceites sagrados y se renuevan las promesas sacerdotales-, establecida en el misal romano la mañana del Jueves Santo. “Valorando cada caso en los diferentes países, -precisa el Vaticano- el obispo tiene facultad para postergar la fecha”.
También el Papa Bergoglio tendrá que familiarizarse con las medidas adoptadas; la Prefectura de Casa Pontificia anunció que las celebraciones de Semana Santa presididas por el Santo Padre serán sin fieles y transmitidas en vivo, como sucede con la misa que el Papa celebra cada mañana desde su residencia. Probablemente el Santo Padre celebrará todos los ritos pascuales desde la Basílica Vaticana y podrán concelebrar solo los cardenales y obispos de la Curia Romana. Se está también considerando trasladar el via crucis del Coliseo a Plaza San Pedro.
El cardenal y arzobispo de Nápoles, Crescenzio Sepe, anuncio que “es evidente que absolutamente está prohibido distribuir palmas y agua bendita”, dos símbolos típicos de la Pascua cristiana. “En el difícil tiempo que estamos viviendo con motivo de la pandemia del Covid-19 y considerando la imposibilidad de celebrar la liturgia comunitariamente “los obispos darán indicaciones, acordadas con la conferencia episcopal, para que en las catedrales y en las iglesias parroquiales, aun sin participación física de los fieles, el obispo y los párrocos celebren los misterios litúrgicos del Triduo Pascual, avisando a los fieles la hora del inicio de las transmisiones en vivo, en modo que puedan sintonizarse en plegaria desde sus propias habitaciones”, explicó el prelado.
El tradicional lavatorio de los pies del Jueves Santo no se realizará, la liturgia de la pasión y muerte de Jesús será vivida en modo particular: “en la plegaria universal el obispo diocesano tendrá una intención especial para los enfermos, los muertos y por quien se encuentra desorientado”.
Ningún bautismo en la noche de Pascua, la Congregación para el Culto Divino estableció que las expresiones de piedad popular y las procesiones que enriquecen la Semana Santa y del Triduo Pascual, a discreción del obispo diocesano podrán ser transferidas a otras fechas, como por ejemplo el 14 y 15 septiembre 2020; en la primera fecha la iglesia celebra la fiesta de la exaltación de la Santa Cruz y en la segunda la memoria de la Adolorada.