Pareja homosexual lucha en Tailandia para traer su bebé a España

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Por Siraphob Thanthong-Knight (dpa)

Bangkok, 12 oct (dpa) – Con casi nueve meses, la pequeña Carmen tiene los ojos bien abiertos y ya gatea bastante rápido, pero apenas sabe lo que es el aire fresco, pues sus padres, el estadounidense Gordon Lake y el español Manuel Santos, casados desde 2012, no se atreven a salir a la calle.

Viven escondidos en la capital tailandesa de Bangkok. Temen a las autoridades tailandesas y, sobre todo, a la mujer que dio a luz a la pequeña.

Ambos han quedado atrapados en el entramado judicial del país. La mujer, que fue contratada como vientre de alquiler, se niega a permitir la salida del país del bebé. Cuando el matrimonio hispano-estadounidense contrató este negocio a través de una agencia, a los padres les pareció que todo estaba bien.

La normativa en Tailandia permitía resquicios legales que abrían posibilidades y decenas de agencias guiaban a parejas deseosas de ser padres de todo el mundo por la burocracia que convierte en un lucrativo negocio recurrir a una madre de alquiler.

Pero en 2014 saltaron dos escándalos. En el caso denominado “baby Gammy”, una madre de alquiler dio a luz a unos mellizos. Uno de ellos, el niño, nació con síndrome de Down. Los padres, un matrimonio australiano, lo dejaron y se llevaron a la niña sana. A su vez, también fue noticia un japonés que había engendrado diez hijos a través de madres de alquiler. Ambos casos desataron indignación en todo el mundo y el país asiático endureció la ley. Desde entonces el negocio de las madres de alquiler con extranjeros es ilegal.

“Carmen nació antes de que la ley entrara en vigor”, señala Lake en conversación con dpa, en una entrevista que se ha realizado por Skype desde su escondite. Tanto Lake como Santos luchan ahora ante los tribunales para ser reconocidos como los padres de la pequeña.

Lake es además el padre biológico de la niña, que fue fecundada con el óvulo de una donante que no está emparentada con la madre que alquiler de Carmen. Pero ella la llevó en su vientre y su nombre figura en la partida de nacimiento, por lo que ante la ley, ella es la madre.

Para Lake y Santos, el sueño de tener una familia se ha convertido en una pesadilla. Tienen un hijo ya de dos años, Álvaro, que nació de una madre de alquiler en India, antes de que la ley prohibiese este tipo de acuerdo con parejas homosexuales. Querían completar la familia con un hijo más.

Ahora, Álvaro se encuentra con sus abuelos en España. “Carmen debería estar con su hermano y su familia”, señala Lake. “Debería estar con otros niños y descubrir el mundo. Su habitación está preparada y todo un porvenir ante ella. Sin embargo, permanece escondida en un piso en Bangkok”.

Lake y Santos pagaron por Carmen unos 40.000 dólares (unos 35.000 euros). Una parte del dinero va a la madre de alquiler (que tiene 34 años). El embarazo transcurrió sin problemas y un día después del nacimiento del bebé los padres tenían a la pequeña en sus brazos. La madre de alquiler firmó los papeles para que los padres pudieran llevarse a la pequeña del hospital. Pero cuando tenía que acudir a la embajada estadounidense para firmar el pasaporte de la pequeña, no apareció.

“De repente nos envía un SMS y nos dice que no quiere (firmar)”, cuenta Lake. La madre de alquiler dijo a la prensa que no quería unos padres homosexuales como familia para la niña. Los amigos de ella dijeron en las redes sociales que siempre quiso tener una niña como Carmen y nunca tuvo la intención de entregar a la pequeña. En tanto, ha recurrido a un abogado y ella misma ya no dice nada. “No se trata de la orientación sexual de la pareja”, dijo a dpa su abogada Verutai Maneenuchanert, quien no quiso dar ningún detalle más del caso.

A finales de octubre, está prevista una vista ante los jueces para establecer la paternidad y la situación no pinta bien para los padres de la niña. El presidente de la corte juvenil ya fue noticia tras publicar una carta abierta en la que señalaba que los homosexuales no tenían oportunidad alguna de que se les permitiese ser padres. Tailandia no reconoce los matrimonios entre personas del mismo sexo, señaló.

“Seguiremos luchando”, aseguró Lake, que ya ha conseguido más de 163.000 firmas de apoyo en la plataforma Change.org. “Nosotros llevaremos a nuestra hija a casa. No saldremos del país sin Carmen”.

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