Bagdad, 5 mar (Euronews) – El papa Francisco decidió mantener el viaje a Irak a pesar de la pandemia de covid-19, las diferencias religiosas y las amenazas de seguridad. Su vuelo se ha posado puntual en Bagdad donde ha sido recibido con honores. En el camino del aeropuerto centenares de curiosos se agolpaban para ver pasar el convoy.
El objetivo de la visita es apoyar a la menguante comunidad cristiana del país después de décadas de guerra.
La histórica visita del pontífice lleva meses preparándose y es la primera visita papal a Irak, una cita que eludieron sus predecesores. Trae un mensaje de paz y coexistencia para consolar a la arraigada minoría cristiana del país, muchos de los cuales huyeron en los sucesivos conflictos que siguieron a la invasión de Irak encabezada por Estados Unidos en 2003.
“Que se callen las armas” ha dicho Francisco.
Bajo alta protección y circulando solo y con mascarilla, aunque no todo el tiempo, bajo restricciones contra el covid-19 el pontífice de 84 años agradeció a “obispos y sacerdotes, por haber permanecido cerca” de una minoría que ha pasado en veinte años de 1,5 millones de miembros a menos de 400.000 a merced de la violencia y las crisis.
Comenzó recordando el calvario de los yazidíes, una pequeña comunidad esotérica martirizada por el grupo Estado Islámico (EI) en 2014, antes de volver a uno de los episodios más dolorosos de la historia reciente de los cristianos en Irak.
En la catedral de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro de Bagdad, blanco en la víspera de la fiesta de Todos los Santos de 2010 de la más sangrienta toma de rehenes contra los cristianos en Irak (53 muertos), habló de “nuestros hermanos y hermanas muertos (…) cuya causa de beatificación está en marcha” porque “han pagado el precio extremo de su fidelidad al Señor y a su Iglesia”.
“Basta de violencia, de extremismo, de intolerancia”, dijo el Papa. Basta también de “corrupción”, por lo que cientos de miles de iraquíes se manifestaron durante meses a finales de 2019. Ya entonces, el Papa había instado a Irak a dejar de reprimir a sus jóvenes en demanda de justicia.
Hay que “construir la justicia”, volvió a insistir. Y que “nadie sea considerado ciudadano de segunda clase”, especialmente los cristianos -el 1% de la población de este país musulmán- ni los yazidíes, víctimas, según el Papa, de “barbaridades insensatas e inhumanas”.
Se trata de la primera aparición en una iglesia de Irak en medio de los fieles de un Papa aficionado a los baños de masas, pero que se ha visto privado de ellos, este es su primer viaje en 15 meses a causa del covid-19.
Hasta su regreso el lunes, recorrerá la ciudad santa de Najaf, las llanuras de Ur en la provincia de Nassiryah, así como Mosul e Irbil en el norte.