Ginebra, 2 abr (ONUNoticias) – Restaurar el orden público y garantizar el acceso a la ayuda deben ser las prioridades en Haití, donde las pandillas siguen aterrorizando a la población, declaró el martes en Ginebra el Alto Comisionado para los Derechos Humanos.
“La magnitud de las violaciones de los derechos humanos no tiene precedentes en la historia moderna de Haití”, afirmó Volker Türk en una declaración en vídeo ante el Consejo de Derechos Humanos, en el marco de un diálogo interactivo sobre su informe más reciente sobre el país caribeño.
“Se trata de una catástrofe humanitaria para un pueblo ya exhausto”.
Estado de emergencia
Türk dijo que la ya alarmante situación en Haití se ha deteriorado en la última semana, cuando las bandas lanzaron ataques contra comisarías de policía, prisiones, infraestructuras críticas y otras instalaciones públicas y privadas.
Pero mientras las instituciones se derrumban, aún no se ha instaurado un gobierno de transición tras la dimisión del primer ministro Ariel Henry hace tres semanas.
“La población haitiana no puede esperar más”, afirmó.
Récord de violencia
Mientras tanto, la escalada de violencia ha tenido efectos devastadores en la población, con un aumento escandaloso de los asesinatos y secuestros.
Sólo entre el 1 de enero y el 20 de marzo, 1434 personas murieron y otras 797 resultaron heridas en actos de violencia relacionados con las bandas. Türk afirmó que se trataba del periodo más violento desde que su oficina comenzó a hacer un seguimiento de los homicidios, lesiones y secuestros relacionados con las bandas, hace más de dos años.
La violencia sexual, especialmente contra mujeres y niñas, es generalizada y es muy probable que haya alcanzado niveles récord.
Más de 360.000 haitianos se encuentran desplazados, y unos 5,5 millones, en su mayoría niños, dependen de la ayuda humanitaria. Aunque el 44% de la población se enfrenta a la inseguridad alimentaria, la entrega de ayuda adicional se está haciendo casi imposible.
Türk recordó su visita a la capital, Puerto Príncipe, hace poco más de un año, donde conoció a dos niñas. Una había sido violada en grupo y la otra había sobrevivido a un disparo en la cabeza. Advirtió de que toda una generación corre el riesgo de ser víctima de traumas, violencia y privaciones.
“Debemos poner fin a este sufrimiento. Y debemos permitir que los niños de Haití sepan lo que es sentirse seguros, no pasar hambre, tener un futuro”, afirmó.
Proteger a la población y garantizar el acceso a la ayuda
En su informe, el Alto Comisionado pide que se restablezca cierto grado de ley y orden como prioridad inmediata para seguir protegiendo a la población de Haití de la violencia y garantizar el acceso a la ayuda humanitaria.
Para ello será necesaria una estrecha cooperación con la Misión Multinacional de Apoyo a la Seguridad (MSS), autorizada por el Consejo de Seguridad de la ONU el pasado mes de octubre, cuyo despliegue espera que sea inminente.
“Todas las medidas adoptadas para restablecer la seguridad deben cumplir plenamente las normas de derechos humanos”, dijo, y añadió que “deben establecerse corredores humanitarios lo antes posible”.
Dar esperanzas a los haitianos
Türk instó a todas las partes interesadas en Haití a situar el interés nacional en el centro de sus debates para poder llegar a un acuerdo sobre las disposiciones relativas al gobierno de transición.
“Las autoridades de transición deben esforzarse por crear las condiciones necesarias para la celebración de elecciones libres y justas. También deben iniciar el proceso de fortalecimiento de las instituciones policiales y judiciales para restablecer el Estado de derecho y, por tanto, poner fin a la impunidad”, afirmó.
La protección de los niños también debe ser una prioridad absoluta, incluidos los reclutados por bandas armadas. En este sentido, destacó la necesidad de programas de reintegración, que incluyan un apoyo psicosocial prolongado, así como el acceso garantizado a una educación y una sanidad de calidad.
También hizo un llamamiento a la comunidad internacional para que adopte medidas más enérgicas para impedir el suministro, la venta, el desvío o la transferencia ilícitos a Haití de armas ligeras, armas pequeñas y municiones.
“Es hora de poner fin al estancamiento político, reconstruir urgentemente la paz, la estabilidad y la seguridad en el país, y dar a los haitianos la esperanza que tan desesperadamente necesitan”, afirmó.