Ginebra, 31 jul (VOA) – Un reporte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) reveló el martes que las fuerzas de Afganistán y de la OTAN mataron a más civiles que los insurgentes en la primera mitad de 2019.
El texto indica que la mayoría de las muertes de civiles ocurrieron aparentemente en operaciones de las fuerzas afganas y de la OTAN contra extremistas, como ataques aéreos y registros nocturnos en escondites de radicales. Los insurgentes suelen ocultarse entre la población civil.
Las cifras registradas hablan de que en los primeros seis meses del año, 403 civiles murieron en operaciones de las fuerzas afganas y otros 314 a causa de las fuerzas internacionales, para un total de 717 personas, explicó la ONU en un reporte publicado el martes.
Solo los talibanes, parte del grupo extremista Estado Islámico, y otros grupos insurgentes, causaron 531 fallecidos en el mismo periodo.
Según el reporte de la ONU, 300 de los fallecidos a manos de los insurgentes fueron el objetivo directo de un ataque. En la primera mitad del año, los talibanes perpetraron ataques casi a diario, principalmente contra las fuerzas de seguridad.
El informe llega en momentos en que los talibanes han rechazado los llamados a un alto el fuego, pese a que están en conversaciones con Estados Unidos para terminar una guerra que ya dura 18 años.
Estados Unidos puso fin a la misión de combate en Afganistán en 2014, pero sigue proporcionando una amplia cobertura aérea y otro respaldo a las fuerzas locales que combaten a los dos grupos extremistas.
“Las partes en conflicto pueden dar diferentes explicaciones para la reciente tendencia, cada una diseñada para justificar sus propias tácticas militares”, dijo Richard Bennett, responsable de derechos humanos de la Misión de Asistencia de la ONU en Afganistán, que publicó el reporte.
La situación de los afganos de a pie mejoraría “no solo respetando el derecho internacional humanitario sino también reduciendo la intensidad de los combates”, añadió.
Menos civiles muertos en primer semestre
El número de civiles muertos y heridos se redujo en un 25% de enero a junio de 2019 frente al mismo periodo del año anterior, cuando el número de víctimas alcanzó su máximo histórico. Los decesos atribuidos a los insurgentes bajaron en un 43%.
Uno de cada tres fallecimientos se produjo en enfrentamiento terrestres y un quinto estuvieron provocados por bombas camineras. Las operaciones aéreas provocaron alrededor del 14% de los decesos.