Ginebra, 31 jul (elmundo.cr) – El coordinador de la ONU para la respuesta de emergencia del ébola, David Gressley, y el asistente del director general de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Ibrahima Socé Fall, destacaron este miércoles que la Organización “ha intensificado su trabajo” tras la confirmación de un segundo caso de ébola en la ciudad de Goma, una importante ciudad de la República Democrática del Congo y punto de salida internacional.
“Se está aumentando la vigilancia en todos los puntos de entrada y salida en el área”, dijeron en un comunicado conjunto.
Los altos funcionarios declararon que no hay pruebas de que el segundo caso en Goma esté relacionado con el primero. Este primer caso se refería a un pastor que viajó a Goma desde Butembo, en la provincia de Kivu del Norte, mientras el segundo es el de un minero que había estado trabajando en Ituri y que ya ha fallecido. La enfermedad se centra en ambas provincias.
Las noticias sobre el segundo caso de Ébola se producen un día después de que el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia indicara que necesita aumentar enérgicamente su presupuesto para enfrentar la compleja crisis, que se complica por el conflicto en curso y un brote de sarampión.
Por su parte, el Programa Mundial de Alimentos (PMA) anunció el pasado viernes que, durante los próximos seis meses, está planeando ampliar y duplicar la asistencia alimentaria a las personas afectadas por la enfermedad, en preparación para una posible escalada adicional de la epidemia.
El PMA planea ayudar a cerca de medio millón de personas afectadas por el ébola.
Primer aniversario del brote
El 1 de agosto se cumple un año desde que el Gobierno congoleño informó del primer caso de ébola de este brote. Desde entonces, ha habido 2600 infectados, un tercio de ellos menores de edad, y 1800 han fallecido.
Los responsables de la Organización Mundial de la Salud, el doctor Tedros Adhanom Ghebreyesus, el del Programa Mundial de Alimentos, David Beasley, la directora ejecutiva de UNICEF, Henrietta Fore, y el coordinador humanitario de la ONU, Mark Lowcock, indicaron que cada caso representa “una persona que ha pasado por una experiencia inimaginable. La enfermedad es implacable y devastadora”.
“Los desafíos para detener la transmisión adicional son de hecho considerables. Pero ninguno es insuperable. Y ninguno puede ser una excusa para no hacer el trabajo”, añadieron.
Las Naciones Unidas continúan aumentando la respuesta en apoyo del Gobierno y fortaleciendo aún más la acción conjunta y trabajan para garantizar un entorno propicio de la respuesta a esta emergencia de salud pública internacional.
Los responsables de la ONU alabaron la reciente decisión del Gobierno de tomar medidas para garantizar que sus esfuerzos se integren más.
“También saludamos los heroicos esfuerzos de los trabajadores de la salud, en su mayoría congoleños, que están en la línea del frente, de las personas de las comunidades y de los colaboradores que se han visto afectados. A pesar de su incesante trabajo, la enfermedad continúa propagándose”, señala el comunicado.
Este brote está ocurriendo en una zona de conflicto activa que hace que una respuesta efectiva sea mucho más complicada debido a la inseguridad, que incluye ataques armados contra los trabajadores y las instalaciones de salud, y el desplazamiento de la población. En algunas de las áreas afectadas, la violencia impide llegar a las comunidades afectadas y trabajar con ellas para detener la transmisión.
Por ese motivo, los responsables de la ONU hacen “un llamado a todas las partes en conflicto para que garanticen que los trabajadores sanitarios puedan hacer su labor de manera segura y que aquellos que buscan atención puedan acceder a ella sin temor a los ataques”.
Entre la ayuda dispensada destacan estas cifras:
- Más de 170.000 personas vacunadas
- 1300 personas tratadas con terapias de investigación en 14 centros de tratamiento y tránsito
- 77 millones de exámenes a viajeros nacionales e internacionales
- 20.000 personas visitadas diariamente para asegurar que no se enfermen
- 3000 muestras analizadas en 8 laboratorios cada semana
- Más de 10.000 sitios de lavado de manos instalados en ubicaciones críticas
- Más de 2000 trabajadores comunitarios que operan en áreas afectadas, escuchan las preocupaciones de la población, se ganan su confianza y movilizan la acción local
- Más de 440.000 pacientes y afectados que han recibido asistencia alimentaria, crucial para limitar el movimiento de personas que podrían propagar la enfermedad
- 25.000 niños en edad escolar en las zonas afectadas que reciben comida para ayudar a generar confianza en las comunidades