Por André Stahl y Almudena de Cabo (dpa)
Dresde (Alemania), 28 may (dpa) – A pesar de no estar en la agenda oficial de la cumbre de ministros de Finanzas del grupo de los siete países más industrializados del mundo (G7), la crisis griega acaparó hoy toda la atención en el inicio de la reunión en Dresde, en el este de Alemania.
“No, no está en la agenda”, se afanan en recordar los portavoces de la delegación alemana cada vez que se acercan a los periodistas reunidos en la capital sajona. “Sólo se han intercambiado un par de frases al respecto”, agregan.
Las negociaciones para lograr una solución transcurren más lentamente de lo esperado y las informaciones se contradicen en un momento en el que el tiempo apremia ya que en junio deben hacer frente a una serie de pagos al Fondo Monetario Internacional (FMI).
El carrera contrarreloj a la que se enfrenta el gobierno heleno para volver a esquivar la suspensión de pagos ha provocado que por los pasillos del palacio de la emblemática ciudad en el este de Alemania, donde se reúnen los ministros de Finanzas y gobernadores de bancos centrales de los siete países más industrializados del mundo el tema sea omnipresente, muy a su pesar.
Oficial o no, el tema está presente en la cumbre de dos días que termina mañana debido a la presencia de los acreedores internacionales de Grecia: la directora gerente del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde; el presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi; el jefe del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem; así como el comisario de asuntos económicos de la Unión Europea, Pierre Moscovici.
Desde Atenas, el gobierno del primer ministro, Alexis Tsipras, intenta calmar las aguas asegurando que se encuentran a las puertas de un principio de acuerdo.
“Atenas espera lograr un acuerdo antes del próximo domingo”, afirmó el portavoz del gobierno heleno, Gabriel Sakellaridis, en Atenas.
Mientras, desde el lado de los acreedores se muestran sorprendidos y aseguran estar aún lejos de lograrlo. “La versión griega no es compartida por nadie aquí en Dresde”, comenta una fuente cercana a las negociaciones. Algo corroborado también por los círculos cercanos al Eurogrupo.
“A pesar de los primeros avances no se ha logrado aún ningún resultado concreto”, afirmó hoy Lagarde en una entrevista con la televisión alemana ARD donde rechazó que vaya a haber un acuerdo inminente con Grecia.
Por su parte, el ministro alemán de Finanzas y anfitrión de la cumbre, Wolfgang Schäuble, insistió en que aún no se ha avanzado mucho en el asunto y se mostró sorprendido por las informaciones procedentes del país mediterráneo. También lo que se escucha desde el Banco Central Europeo (BCE) es que aún queda mucho camino por recorrer.
Por su parte, los estadounidenses representados por su ministro de Finanzas, Jack Lew, resaltan la importancia de poner fin de una vez al problema griego y alertan de que si fracasa el rescate heleno, no sólo empeorarán los problemas sociales en ese país, sino que también podría suponer un grave peligro para la economía europea e incluso mundial.
Lew reclamó más flexibilidad en las negociaciones con Atenas. Sin embargo, Estados Unidos no es parte directa del grupo de acreedores, sino sólo de manera indirecta a través del FMI. La mayor preocupación de Lew es que los europeos infravaloren la situación.
Los europeos no se dejan presionar por los malos presagios, a pesar de que la situación cada vez es peor. Sólo en junio Atenas tiene que devolver al FMI cerca de 1.550 millones de euros y busca para ello desesperadas nuevas fuentes de dinero. Sin embargo, Europa se mantiene firme en su decisión de dejar de tapar agujeros financieros a corto plazo y recuerda una y otra vez, la importancia de lograr una solución a largo plazo con una base sólida para que Grecia pueda seguir siendo parte de la zona euro.
Nadie en Dresde quiere hablar de una posible salida de Grecia de la Eurozona (Grexit). “Esperemos que no se produzca. Sin embargo, en el caso de que se produzca, estoy convencido de que el euro sobrevivirá”, afirmó el economista jefe del FMI, Olivier Blanchard, al diario alemán “Handelsblatt”. “Hemos analizado lo que podría pasar si la crisis alcanzara a otros países y el BCE tiene los medios para luchar contra ello”, agregó.
La reunión de ministros de Finanzas que concluye mañana sirve de preparación para la cumbre de líderes del G7 el próximo 7 y 8 de junio en el castillo de Elmau, en Baviera, en el sur de Alemania.