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Ontario, 7 ene (NYT) — A decir verdad, las oficinas generales de Instant Pot no parece mucho una iglesia. Pero al interior de este edificio de oficinas gris en las afueras de Ottawa, detrás de una puerta marcada únicamente con un pequeño letrero de metal, ha nacido una nueva religión.
Su deidad es la Instant Pot, una línea de ollas eléctricas multiusos que se ha convertido en un fenómeno de internet e inspirado una legión de apasionados cocineros en el hogar.
Estos devotos usan sus Instant Pots para saltear, cocinar a presión y al vapor. Luego evangelizan en internet, utilizando los medios sociales para elogiar al dispositivo.
“¡Dios mío!”, dice una alabanza bastante típica en Amazon, una de más de 25 mil reseñas que tiene Instant Pot en el sitio. “Este es el mejor dispositivo de cocina que ha existido en toda la historia”.
Un fan en el grupo de Instant Pot en Facebook, que tiene más de 850 mil miembros, escribió, “Usar mi Instant Pot ha cambiado totalmente mi vida”.
Instant Pot difícilmente es el electrodoméstico más elegante en el mercado; varios modelos cuestan menos de 100 dólares. Pero ha trastocado a la industria de la cocina en el hogar.
La compañía, de propiedad privada, no da a conocer datos de ventas, pero dijo que estaba “muy feliz” con las ventas de la Instant Pot, que se han duplicado cada año desde el 2011.
Fui a Kanata a conocer a su creador: Robert Wang, quien inventó el dispositivo y funge como director ejecutivo de Double Insight, su compañía matriz. Lo que encontré fue un ejemplo extraordinario de una nueva clase de empresa de arranque del siglo 21 —un negocio de hardware con sólo unos 50 empleados que no recaudó financiamiento de capital de riesgo y no gastó casi nada en publicidad.
Wang, de 53 años, no se propuso ser un magnate de la cocina. Un prodigio de la ingeniería que creció en Harbin, China, obtuvo un doctorado en ciencias computacionales y su intención era desarrollar sistemas de inteligencia artificial. Tras una serie de empleos en telecomunicaciones y tecnología, Wang volvió su atención a los electrodomésticos de cocina.
Wang, un cocinero de casa descarriado, pues su ajetreada agenda rara vez le permitía preparar comidas sanas para su esposa y dos hijos, reclutó a otros dos ingenieros y dedicó 18 meses y 350 mil dólares de sus ahorros para desarrollar un dispositivo que combinara una olla a presión con una de cocción lenta y también pudiera saltear y poseer otras funciones de cocción.
En el 2010, después de varios meses de ventas lentas en Ontario y sus alrededores, Wang anunció la olla Instant Pot en Amazon, donde una comunidad de escritores culinarios con el tiempo reparó en ella.
Al percibir un potencial viral, Instant Pot mandó unidades de prueba a alrededor de 200 chefs, instructores de cocina y bloggers culinarios influyentes. Reseñas y recetas aparecieron en línea y las ventas comenzaron a ascender.
Wang dijo que cree que la comunidad en línea de la Instant Pot la protegerá de ser aplastada por un rival más grande.
Reveló que en todas las fotografías oficiales de una Instant Pot, el reloj de la unidad marca 5:20 —una serie de números que, dicha en voz alta, suenan como “te quiero” en mandarín, su idioma natal.
“Es un mensaje subliminal”, dijo. “Muestra lo mucho que nos importan nuestros clientes”.