Managua, 7 may (VOA) – La Organización de Estados Americanos (OEA) había dado un plazo para que el gobierno de Daniel Ortega impulsara una reforma electoral de cara a los comicios presidenciales previstos para finales de año con un objetivo: garantizar la transparencia del proceso.
Sin embargo, el mandatario centroamericano ha desoído estas peticiones y pretende lanzarse a la reelección con la desaprobación de una comunidad internacional que desconfía de los movimientos de Ortega.
Hay motivos para preocuparse
Ante este escenario, el profesor Eduardo Gamarra, especializado en política latinoamericana en la Universidad Internacional de la Florida, advierte que “sí que hay motivos suficientes para preocuparse”.
“La situación de la democracia no es buena, y me refiero a la democracia basada en la separación de poderes, a la independencia judicial, a la libertad de prensa, de expresión y, obviamente, al respeto de los derechos humanos”, manifestaba el reconocido experto durante una entrevista con la Voz de América en Miami.
La postura adoptada por el gobierno nicaragüense no es algo nuevo que ocurre en la región. Gamarra recuerda que en los últimos tiempos se han visto otros movimientos políticos que obedecen a los mismos patrones de comportamiento: llegar a los gobiernos gracias a una mayoría electoral y después aprovechar el poder para cambiar la legislación a su favor.
Los patrones de comportamiento en la región
“Esa es la receta en toda la región: una vez que logran ganar elecciones, de una manera legítima, utilizan ese mandato para cambiar las reglas del juego y concentrar el poder. Ha sido la receta venezolana, pero podemos ir más allá y hablar incluso de la receta de (Alberto) Fujimori en Perú”, detalla Gamarra.
Nicaragua, a su parecer, está llevando a cabo la misma práctica que se ha visto en el pasado en otras administraciones. “En el caso nicaragüense está puesta la mesa y no hay posibilidades de que la oposición, con las reglas de juego existentes, pueda ganar la elección a un dictador”, dijo.
Es por eso que muchas organizaciones nicaragüenses en el exterior se han estado movilizando para pedir ayuda a la comunidad internacional y tratar de que algunos organismos como la OEA puedan servir de mediadores para encontrar una solución. Pero de momento, las intenciones no han dado sus frutos.
“Estamos condenados a vivir cinco años más con la dictadura en Nicaragua. Daniel Ortega está montando un circo electoral y queremos denunciar esta situación porque Nicaragua está secuestrada”, dijo Dina Díaz, una de las impulsoras de la Asociación de Comunicadores Nicaragüenses en Estados Unidos.
Llamado a la comunidad internacional
Díaz, al igual que muchos de sus compatriotas, hace un llamado a la comunidad internacional para que actúe contra lo que está ocurriendo con Daniel Ortega ya que, de lo contrario, el país centroamericano se dirige a un escenario “irreversible, peligroso y sangriento”.
“Se espera otro robo fraudulento y Nicaragua no puede ni debe seguir derramando más sangre de hermanos nicaragüenses dentro del país”, recalca Díaz recordando que la crisis sociopolítica ha provocado “el destierro de más de 250.000 nicaragüenses”.
Desconfianza en la OEA
Algunas organizaciones de nicaragüenses en el exterior han expresado su descontento con la actuación de la OEA en este asunto y opinan que el organismo no ha hecho todo lo que debía para mediar en la crisis.
“En el caso de Nicaragua hay un sabor amargo y triste por parte de la población nicaragüense porque (la OEA) no ha hecho lo que debe hacer. De manera que le pedimos a la OEA y a todas las organizaciones internacionales existentes que miren a Nicaragua, porque la dictadura de Ortega está tirando a matar a todo al que se le opone”, denunció Díaz.
Es la misma opinión que comparte Benjamín Lugo, otro nicaragüense exiliado en el sur de la Florida, que critica el hecho de que el secretario general de la OEA, Luis Almagro, hubiera “avalado la farsa electoral que desembocó el nacimiento de esta dictadura criminal”.
“Ni la OEA ni sus estados miembros han tenido el valor de llamar a las cosas como son. Ortega es un gobernante ilegítimo, es un gobernante criminal, y ahora nos piden que vayamos a elecciones como si no hubiera pasado nada. Esa es una ilusión falsa y hay que aclararlo frente a la comunidad internacional”, sostenía Lugo en declaraciones a la VOA.
Sobre este asunto, el profesor Gamarra insiste en una de las tesis expuestas anteriormente y es que “la OEA ha sido parte de ese mecanismo de legitimación que han tenido estos gobiernos” para recibir el respaldo de la comunidad internacional. Pese a todo, opina que Almagro está haciendo grandes esfuerzos para corregir esta situación.
“El Sr. Almagro está corrigiendo, enmendando errores, pero también está sufriendo una embestida brutal por parte de aquellos que en algún momento pensaban que la OEA era su instrumento de legitimación”, subrayó.
Hay que escuchar al pueblo
Con todo, Benjamín Lugo que también forma parte de la organización nicaragüense “Movimiento por el cambio”, defiende la aplicación de la carta democrática interamericana para “prevenir que se instalen gobiernos dictatoriales y criminales” porque “los pueblos tienen derecho a vivir en democracia y en libertad”.
“Nosotros planteamos que la comunidad internacional apoye lo que el pueblo de Nicaragua ha demandado en las calles: que se vaya la dictadura de Daniel Ortega. Sabemos que se tienen que ir, pero necesitamos el apoyo de la comunidad internacional y no podemos estar con este juego hipócrita de ir a unas elecciones que no son transparentes”, concluyó.