Roma, 6 jun (elmundo.cr) – “El hambre es un crimen y debemos superarlo. La humanidad está en condiciones de hacerlo pero no lo hace por intereses políticos y económicos”. Con ese contundente mensaje se ha estrenado el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel como nuevo miembro de la Alianza de la FAO por la Seguridad Alimentaria y la Paz hoy en la sede de la organización en Roma.
“La paz no es la ausencia de conflicto”, afirmó ante representantes de todo el mundo reunidos en el Consejo de la FAO que se celebra esta semana. “La paz es una dinámica permanente de relaciones entre las personas y los pueblos. Y tiene que ver con todo: con la alimentación, con la educación, y con la salud, de forma integral. Es desde ahí desde donde hay que construir una nueva sociedad. Debemos reflexionar sobre cómo generar una sociedad más justa y más humana para todos”.
Con su nombramiento, Pérez Esquivel, activista y artista argentino galardonado con el Premio Nobel de la Paz en 1980 por su dura crítica a la última dictadura cívico-militar argentina, se une a un grupo de otros seis galardonados que colaboran con la FAO para concienciar sobre la estrecha relación entre violencia e inseguridad alimentaria y para instar a los gobiernos a la solución de los conflictos para la erradicación del hambre.
“Los premios Nobel tenemos que estar al servicio de los pueblos y esta alianza con la FAO es fundamental”, afirmó Pérez Esquivel insistiendo en la paz como una dinámica fundamental en las relaciones humanas. “Los pueblos son colectividades, grupos humanos en los que los más necesitados requieren el apoyo y la solidaridad del resto”.
La Alianza incluye al expresidente de Costa Rica Oscar Arias Sánchez, la promotora de los derechos de las mujeres Tawakkol Karman, la promotora de fin de la violencia interreligiosa Betty Williams, el creador de los microcréditos Muhammad Yunus, el expresidente de Colombia Juan Manuel Santos, y el expresidente de Sudáfrica, Frederik Willem de Klerk.
Relación directa entre hambre y conflicto
“No nos falta ninguna evidencia: si aumenta el conflicto, aumenta el hambre. La relación es directa”, explicó el Director General de la FAO, José Graziano da Silva, en su bienvenida al Nobel. Durante su primer acto con el nuevo integrante de la Alianza, Graziano da Silva subrayó el papel de las guerras y los conflictos como impulsores del hambre en el mundo, y lamentó el gasto militar mundial continúe aumentando mientras los países asignan escasos recursos a la lucha contra el hambre.
Los datos más recientes señalan que, tras casi una década de descensos, el número de personas afectadas por el hambre en el mundo ha comenzado a crecer, con 815 millones víctimas de la subalimentación crónica en 2016. En 2017, unos 124 millones de personas requirieron ayuda vital y para sus medios de subsistencia para evitar caer en una situación de hambruna, en comparación con 108 millones en 2016.
El Director General citó el informe Global Peace Index 2018 publicado hoy, que indica que en los últimos cuatro años los conflictos se han intensificado en todo el mundo.
Desde 2016, la FAO, junto con el Programa Mundial de Alimentos (PMA), presenta regularmente informes bianuales al Consejo de Seguridad de la ONU sobre la seguridad alimentaria en los países que supervisa oficialmente.