California, 26 nov (VOA) – Neuralink, la startup de tecnología cerebral de Elon Musk, anunció el lunes que ha recibido la aprobación para iniciar un nuevo estudio de viabilidad con su implante cerebral y un brazo robótico experimental.
La startup está llevando a cabo su estudio PRIME, destinado a evaluar la seguridad de su interfaz cerebro-computador inalámbrica y su robot quirúrgico. Además, evalúa el efecto inicial del implante en pacientes con tetraplejia, una forma de parálisis, para controlar dispositivos externos con el pensamiento.
Neuralink anunció en una publicación en la plataforma de redes sociales X que tiene previsto incluir en el estudio de viabilidad a participantes del ensayo PRIME en curso.
“Nos complace anunciar la aprobación y el lanzamiento de un nuevo ensayo de viabilidad para ampliar el control de BCI (Brain Computer-Interface, en inglés) mediante el implante N1 a un brazo robótico de asistencia en investigación, indicó el sitio.
Además explicó que se trata del paso inicial que busca “restaurar no solo la libertad digital, sino también la libertad física” y aseguró en que un foturo muy cercano añadirán datos por medio del “estudio CONVOY” el que permitirá la inscripción cruzada de participantes del estudio PRIME.
Cercanos antecedentes
La Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unido (FDA, por su sigla en inglés) y Neuralink no respondieron de inmediato a las solicitudes de información sobre el estudio de viabilidad.
La semana pasada, la empresa recibió el visto bueno del organismo regulador Health Canada para iniciar un ensayo de su dispositivo en Canadá. Los neurocirujanos canadienses, en colaboración con la nueva empresa, tienen autorización para reclutar a seis pacientes con parálisis para el estudio.
En Estados Unidos, Neuralink ya ha implantado el dispositivo en dos pacientes. El primero ya puede jugar a videojuegos, navegar por Internet, publicar en las redes sociales y mover el cursor en su computador portátil.
La empresa ha dicho que su dispositivo está funcionando bien en el segundo paciente del ensayo, que lo ha estado utilizando para jugar a videojuegos y aprender a diseñar objetos en 3D.