São Paulo, 2 ene (VOA) – Nueve reclusos murieron, 14 resultaron heridos y decenas escaparon el lunes de una prisión brasileña en medio de disturbios, según reportaron medios nacionales.
Durante la violencia, 106 presos huyeron de la carcel de Goiânia. De ellos, hasta las 7:30 de la noche del lunes, 29 habían sido recapturados por las fuerzas de seguridad pública, pero todavía había 77 prófugos. Otros 127 condenados también salieron de la unidad durante la confusión, pero regresaron cuando la situación fue controlada.
Uno de los nueve muertos en el caos fue decapitado, reportaron medios de noticias, recordando otra rebelión carcelaria que ocurrió hace un año, en la que murieron 56 personas en el estado de Amazonas, varias de ellas decapitadas y arrojadas desde los muros de la prisión.
Esos disturbios, causados en una rivalidad entre pandillas de larga data, fueron uno de varios incidentes de un enero oscurecido por una violencia carcelaria generalizada, en la que murieron 130 presos solo en los primeros 20 días de 2017.
Las cárceles de Brasil suelen estar sobrepobladas. Los grupos de derechos dicen que las condiciones en las prisiones son pésimas, con escasez de alimentos y celdas tan repletas que a veces los reclusos no tienen espacio para acostarse.
En comentarios del lunes al diario Folha de São Paulo, el jefe del sindicato de guardiacárceles de Brasil, Jorimar Bastos, criticó la cantidad de recursos destinados para la vigilancia en la prisión de Goiânia, diciendo que solo cinco guardias habían sido asignados para supervisar a unos 900 presos.
En el motín, los detenidos incendiaron colchones de la unidad cárcel, dejando cuerpos carbonizados.
El presidio fue retomado por el Grupo de Operaciones Penitenciarias Especiales (Gope), con apoyo del Batallón de Choque de la Policía Militar, alrededor de las 4:00 de la tarde.