Jerusalén, 13 feb (VOA) – Decenas de miles de israelíes con banderas y cornetas corearon el lunes “democracia” y “no a la dictadura” durante una protesta ante la sede del parlamento mientras el gobierno del primer ministro, Benjamín Netanyahu, ponía en marcha oficialmente un controvertido plan para reformar el sistema legal del país.
La protesta más grande ante la Knesset en varios años reflejaba las profundas divisiones en torno al plan. La propuesta de ley ha provocado protestas masivas, quejas de influyentes líderes empresariales y exmandos militares e incluso despertado la preocupación del presidente de Estados Unidos, Joe Biden.
Pese a la petición del presidente del país, una figura ceremonia, de que se aplazara la iniciativa, los aliados de Netanyahu aprobaron una serie de cambios legislativos en una reunión de comité muy acalorada. La legislación llegará ahora al pleno del parlamento para varias votaciones, el inicio de una pelea que se espera dure semanas.
“Oyen nuestros gritos. Oyen la fuerte voz de la verdad”, dijo el líder opositor Yair Lapid en un escenario fuera del parlamento. “Lo oyen y tienen miedo”.
Netanyahu y sus aliados dicen que los cambios propuestos hacen falta para poner freno a una judicatura con demasiado poder. Sin embargo, sus críticos afirman que la reforma judicial equivale a un golpe y destruirá la democracia israelí. También señalan que Netanyahu, que tiene pendiente un juicio de corrupción iniciado hace más de dos años, actúa motivado por un rencor personal contra el sistema legal y tiene un enorme conflicto de interés.
Los manifestantes llegaron de todo el país, y según los organizadores reunieron a 100.000 personas. Los inconformes llenaron las escaleras mecánicas en la principal estación de tren de Jerusalén y corearon “democracia” entre vítores y silbidos mientras ondeaban banderas nacionales. Unos cientos se congregaron en el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, el lugar más sagrado donde pueden rezar los judíos.
En el parlamento, legisladores de oposición protestaban con vehemencia contra la propuesta sobre nombramientos judiciales antes de la votación en el comité. En una sesión accidentada, miembros de la oposición se subieron a la mesa de conferencias y gritaron mientras un importante aliado de Netanyahu trataba de celebrar la votación. Las mociones se aprobaron por 9 votos a favor y 7 en contra.
Miles de personas marcharon hacia la Knesset, la legislatura israelí, al día siguiente de la petición del presidente de que se retrasara la reforma, que según los críticos debilitarán a la Corte Suprema israelí y erosionarán los equilibrios y garantías democráticas.
Muchos manifestantes llevaban la bandera azul y blanca israelí y carteles que condenaban lo que veían como un ataque a las instituciones democráticas del país. “¡Vergüenza! ¡Vergüenza!”, coreaban.
Se celebraron otras protestas ante escuelas de todo el país.