Hidalgo, 3 feb (CCTV) – Han pasado más de ocho días luego de la explosión de Tlahuelilpan, decenas de casas aún están marcadas con el color de la muerte en México.
Más de tres mil personas caminan bajo un sol que quema, pero no tanto como las llamas que les arrebataron a sus familiares. Decenas de mujeres quedaron desamparadas, cientos de niños huérfanos y muchos padres sufren con el dolor de enterrar a sus hijos.
“Refiere mi cuñada que cuando venían de regreso, vieron personas incendiándose y ellos se bajaron a auxiliar e incluso sacaron a un menor”, expresó Arely Calva Martínez, familiar de dos desaparecidos.
Algunos de los profesionales y voluntarios están tratando de ayudar a consolar a los familiares de los muertos y desaparecidos.
“Nosotros no podemos decir que no van a encontrar a su familiar porque les estaríamos dando la muerte fatídica. Lo que ellos quieren es continuar con la esperanza de encontrar a su ser querido y les damos ese acompañamiento para que la esperanza no muera”, dijo José Alfredo Méndez Díaz, coordinador de psicología del estado de Hidalgo.
El gobierno federal ha prometido ayudas económicas para la zona. Créditos, trabajos, bonos y subsidios para unas 157 familias afectadas. Necesitan repotenciar la actividad del municipio y diversificar sus fuentes de ingreso. Es la única manera de alejar a sus pobladores de actividades ilícitas.
“Nos hemos encargado de sacar perfiles de las actividades económicas que realizaba quien falleció y el perfil de la actividad económica que puede generar, por ejemplo, la viuda, en este caso. Entonces hemos recibido propuestas hasta de un carrito de hamburguesas, un proyecto productivo de una cocina económica”, dijo Juan Pedro Cruz, presidente municipal de Tlahuelilpan.
La bola de fuego desencadenó otros problemas. El panteón de Tlahuelilpan colapsó al no tener capacidad para recibir a tantos cuerpos. Ante el duelo, muchos locales comerciales permanecen cerrados, lo que tiene un impacto sobre la economía.