Merkel y su reelección como líder de la CDU en tiempos convulsos

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Por Almudena de Cabo (dpa)

La canciller alemana, Angela Merkel, será de nuevo reelegida el martes como líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) en el congreso federal del partido, en el que deberán fijarse las guías para las difíciles elecciones generales de 2017 marcadas por la crisis de los refugiados y el populismo de derechas.

Un total de 1.001 delegados de la CDU se reunirán durante dos días en Essen, en el oeste del país, en la misma ciudad en la que la mandataria alemana fue elegida hace cerca de 16 años por primera vez para el máximo puesto del partido.

La pregunta ¿Merkel, quién si no? sobrevoló durante meses las cabezas de la sociedad alemana. A pesar de la ausencia de posibles alternativas, el anuncio de la mandataria se hizo esperar y no fue hasta el pasado 20 de noviembre cuando dio a conocer que concurrirá por cuarta vez consecutiva como candidata a la Cancillería.

“La decisión de Merkel de volver a presentarse en las próximas elecciones es una señal de estabilidad en un mundo incierto”, comentó Hajo Funke, politólogo de la Universidad Libre de Berlín.

“Es importante para Alemania seguir teniendo una figura fuerte como líder de la CDU y como canciller”, indicó por su parte Gottfried Ludewig, delegado del partido en Berlín. “Ha demostrado que puede gobernar bien Alemania en tiempos difíciles”, agregó.

Ahora debe someterse al voto de los delegados en una votación en la que lo único relevante será la duración de los aplausos y si recibe algo menos de apoyo, dentro de su abrumadora mayoría, que en otros años. Hace dos años fue reelegida con un 96,7 por ciento de los votos.

Merkel dará un discurso el martes en el congreso federal con “corazón e inteligencia”, aseguró el presidente de la fracción parlamentaria conservadora, Volker Kauder, en entrevista con dpa. Para el cuarto mandato no deberá reinventarse, pero deberá hacer frente con mucha energía a nuevos desafíos, indicó.

En los 67 años de la República Federal Alemana, la CDU tuvo 47 años el poder. Actualmente el viento sopla de cara, pero eso no ha impedido a la canciller volver a lanzarse a la carrera política.

“La elección de Merkel se da por segura. Sin embargo, no se podrá olvidar que en sus once años en la Cancillería la crisis de los refugiados ha provocado que el descontento interno del partido sea tan grande como nunca antes”, indicó la cadena pública alemana ARD.

La política de refugiados divide a los conservadores, algo que queda patente en cada reunión del partido o conferencia regional. La llegada de casi 900.000 refugiados el pasado año al país le hizo perder popularidad y la relación con su partido hermanado, la Unión Cristianosocial (CSU) sigue siendo tensa.

La tensión se centra, sobre todo, en la reclamación del presidente de la CSU, Horst Seehofer, de fijar un límite máximo de 200.000 refugiados por año, algo que Merkel rechaza.

Para el ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble, es importante que la CDU y la CSU muestren unidad para encarar el año electoral. “No va a ser una campaña electoral fácil”, auguró el político de la CDU recientemente en un encuentro organizado por dpa.

“La Unión (CDU/CSU) debe actuar unida. La relación de la CDU y la CSU se deterioró por la crisis de refugiados. Actualmente vuelven a acercarse, pero aún no se han reconciliado”, reconoció.

La gestión de la crisis de los refugiados ha dado alas al partido populista de derechas Alternativa para Alemania (AfD), a quien los últimos sondeos ven ya como la tercera fuerza política del país por detrás de la Unión y el Partido Socialdemócrata (SPD). El miedo a la pérdida de votos ha provocado que surjan voces que reclaman un giro.

La CDU promete al electorado una postura más dura en la política migratoria. “Lo sucedido el pasado año no debería volver a repetirse”, se ha convertido en la directriz de la cúpula.

En caso de emergencia, los conservadores quieren crear zonas transitorias para los refugiados en zonas próximas a las fronteras. Asimismo, quieren acordar acuerdos migratorios con Estados del norte de África, como el negociado entre la Unión Europea (UE) y Turquía, para poder devolver los barcos en el Mediterráneo a la costa africana.

También el tema de la prohibición de usar burka en los lugares públicos y un endurecimiento de la política de seguridad se encuentran entre los temas a debatir en el congreso federal. En el plano financiero, la CDU quiere seguir con la política de austeridad de Schäuble.

La CDU busca frenar así la caída de popularidad. Según las últimas encuestas, la Unión (CDU/CSU) obtendría un 32,5 por ciento de los votos, lejos del 41,5 por ciento registrado en las elecciones de 2013. Aún así, se sitúa muy por delante del SPD, que sólo obtendría un 22 por ciento.

Merkel sigue siendo indiscutiblemente la mejor baza de la CDU. “Es la más lista, y tiene nuestro apoyo”, declaró Schäuble sobre su jefa de partido.

La única incógnita que queda por despejarse es contra quién competirá. ¿Se presentará el líder del SPD, Sigmar Gabriel, a la Cancillería?¿El presidente del Parlamento de la UE, Martin Schulz? ¿O el alcalde de Hamburgo, Olaf Scholz? A Schäuble le da igual. “Nos enfrentaremos a quien elija el SPD y él tendrá el honor de perder”, bromeó.

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