
Berlín, 11 ene (dpa) – La canciller alemana, Angela Merkel, auguró hoy un día díficil en la última jornada de contactos entre conservadores y socialdemócratas para ver si entablan negociaciones formales para formar un Gobierno de coalición.
“Existen aún grandes escollos en el camino que deben ser apartados”, declaró la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) poco antes de reunirse con su socio bávaro, la Unión Cristianosocial (CSU), y el Partido Socialdemócrata (SPD). “En este sentido será un día duro”.
La CDU hará todo lo posible para ser constructiva, indicó la mandataria alemana. “Acudo hoy con gran energía. La gente espera también que encontremos soluciones y con este espíritu trabajaré hoy”, agregó.
De la misma opinión se mostró el líder del SPD, Martin Schulz, a su llegada a la sede de su partido, donde tiene lugar el último día de conversaciones, y mostró su esperanza de poder llegar a buen puerto. “Ya se han fijado puntos en común en una gran cantidad de ámbitos, pero existen grandes escollos que deben ser salvados aún”.
Para el político socialdemócrata el tema de Europa sigue estando en primer plano. Un nuevo Gobierno alemán debe “generar sobre todo un resurgir para la Unión Europea”, declaró.
Las conversaciones serán arduas y en Berlín se espera que se extiendan hasta bien entrada la noche. Aún permanecen abiertas cuestiones centrales en impuestos y finanzas, así como decisiones importantes en los ámbitos de migración, mercado laboral, sanidad, cuidados sanitarios, jubilaciones y Europa. Al final del día, Merkel, Schulz y el presidente de la CSU, Horst Seehofer, quieren presentar a sus cúpulas un informe con los resultados. Y este viernes el resultado deberá estar ya sobre la mesa.
Si finalmente dan luz verde a las negociaciones formales, la cúpula del SPD necesitará también la aprobación de sus filas en el congreso extraordinario del partido el 21 de enero en Bonn.
Los tres partidos políticos son conscientes de lo que se juegan en esta reunión. El fracaso de las conversaciones de los conservadores con los ecologistas y liberales a finales de noviembre, tras las elecciones del 24 de septiembre, obligó al SPD a sentarse con sus antiguos socios de la pasada legislatura. El objetivo es evitar un Gobierno en minoría -con la inestabilidad que eso conlleva- o la celebración de nuevas elecciones.