Berlín, 28 jul (dpa) – La canciller alemana, Angela Merkel, defendió hoy su política de brazos abiertos hacia los refugiados ante el creciente descontento e inseguridad generados por dos ataques perpetrados por solicitantes de asilo y presentó un plan para reforzar la seguridad del país.
“Lo lograremos”, dijo Merkel ante la prensa en Berlín, repitiendo la emblemática frase con que llamó hace casi un año a sus compatriotas a recibir a cientos de miles de refugiados que llegaban del Cercano Oriente y África.
“Hace 11 meses no dije que fuera a ser algo fácil que pudiésemos solucionar al paso”, aclaró Merkel en su rueda anual de prensa, que adelantó por los ataques violentos que golpearon estos días el país.
“Pero hoy como entonces estoy convencida de que conseguiremos estar a la altura de nuestra tarea histórica -y esta es una tarea histórica en tiempos de la globalización-. Lo lograremos. Y, por cierto, hemos conseguido en los últimos meses mucho, muchísimo”, reiteró la mandataria.
En su conferencia de prensa de verano del 31 de agosto de 2015, Merkel había asegurado a sus compatriotas que lograrían dar cobijo a los cientos de miles que llegaban huyendo de conflictos y que acabaron siendo más de 1,2 millones.
Pero muchos alemanes no tuvieron claro cómo se lograría. Las críticas a Merkel arreciaron, también de sus socios de la Unión Social Cristiana en Baviera y muchos de su propio partido, la CDU. El descontento se aplacó con el cierre de la llamada ruta de los Balcanes y ha resurgido tras los ataques de los últimos días.
Merkel condenó los atentados de Wurzburgo y Ansbach a cargo de refugiados radicalizados calificándolos como “terrorismo islamista”. “Estos atentados son horrorosos, oprimentes y deprimentes”, dijo la mandataria. “Se están violando tabúes civilizatorios. Los hechos suceden en lugares en los que cualquiera de nosotros pudiera estar”
Al mismo tiempo, aseguró a los alemanes que las autoridades harán todo lo posible para esclarecer “estos hechos bárbaros”.
Para ello presentó un catálogo de nueve puntos que incluyen medidas para facilitar la deportación de peticionarios a quienes se denegó la solicitud de asilo, un “sistema de alerta temprana” para identificar y prevenir la radicalización de refugiados y la intervención del Ejército en grandes operaciones antiterroristas dentro del país, algo que hasta ahora no permite la Constitución.
Merkel dijo que los ataques cometidos por un refugiado sirio y otro afgano constituían una “burla al país que los recibió”. Una burla para los voluntarios y también “para todos los otros refugiados que buscan aquí ayuda huyendo de la guerra y la violencia”, sentenció.
Alemania fue sacudida por una serie de hechos violentos desde el 18 de julio. El sábado, un refugiado sirio se suicidó y causó heridas a 15 personas al detonar una bomba en su mochila en la entrada de un concierto en la localidad de Ansbach.
El 18 de julio, un refugiado de 17 años, probablemente de Afganistán, protagonizó un ataque con hacha y cuchillo en un tren regional, hiriendo a cinco personas, entre ellas cuatro turistas de Hong Kong. La milicia terrorista Estado Islámico reclamó la autoría de ambos atentados.
La tradicional rueda de prensa de la canciller estaba programada para finales de agosto. Tras los ataques, Merkel interrumpió sus vacaciones y adelantó su comparecencia ante la prensa.