Madrid, un punto negro para el socialista Pedro Sánchez

pedro-sanchezMadrid, 16 ago (dpa) – La federación del Partido Socialista (PSOE) en Madrid se ha convertido en un punto negro para su líder nacional, Pedro Sánchez, cuyo liderazgo vuelve a ser cuestionado a las puertas de las elecciones generales previstas a final de año en el país.

Para el líder del PSOE, el primero elegido por los militantes del partido de forma directa, las urnas serán la prueba definitiva que determinará su futuro, un año y medio después de haberse puesto al frente de los socialistas españoles.

Sus recientes maniobras en la delegación madrileña han enfadado a una parte del partido: una veintena de delegados socialistas impugnó esta semana el congreso celebrado por el PSOE a final de julio, en el que se eligió la dirección de los socialistas madrileños.

En el cónclave fue elegida secretaria general -con un ajustado resultado- Sara Hernández, alcaldesa de Getafe y afín a Sánchez, cuya primera decisión fue relevar al portavoz en el Ayuntamiento de la capital española, Antonio Miguel Carmona.

Los dardos del concejal madrileño al líder socialista no se hicieron esperar. Carmona, quien apoyó la investidura de la actual alcaldesa de Madrid, la ex jueza de izquierdas Manuela Carmena, dijo que su cese fue “obra y gracia de la dirección federal” de Sánchez, con la que dijo no estar de acuerdo.

“Aquí hay mucho miedo, mucho pánico a que éste que les habla se presentara como secretario general de los socialistas madrileños. En vez de hacerme dar pasos atrás me hacen dar pasos hacia adelante”, expresó en una combativa rueda de prensa.

El PSOE de Madrid saltó por los aires el pasado febrero, cuando Sánchez dio un golpe de mano y destituyó al hasta entonces secretario general de los socialistas madrileños, Tomás Gómez, quien sonaba como candidato natural al gobierno regional de Madrid de cara a los comicios convocados para mayo.

Sin embargo, su presunta vinculación con un supuesto sobrecoste en una obra municipal y los malos datos augurados por los sondeos para el PSOE en Madrid, una de las principales plazas del país, llevaron a Sánchez a poner al frente de la lista electoral al ex ministro de Educación Ángel Gabilondo.

Carmona fue muy crítico entonces con el cese del que calificó como su amigo, por lo que su reciente relevo en el Ayuntamiento de Madrid fue visto como castigo. “No me arrepiento de haber salido a defender a Tomás Gómez”, dijo en rueda de prensa.

Según publicaba esta semana el diario español “El Mundo”, algunos referentes del PSOE habrían advertido a Sánchez, en este contexto, de que su liderazgo “pende de un fino hilo”.

El partido, que ganó poder territorial tras los comicios municipales y regionales de mayo gracias a los pactos alcanzados con Podemos (partido surgido en 2014 a raíz del movimiento de los indignados), compite en la carrera a La Moncloa con algunas batallas abiertas en su seno.

Entre ellas, la lucha de poder que Sánchez mantiene con la presidenta de la región de Andalucía, Susana Díaz, la mujer más fuerte del PSOE. Aunque la versión oficial de ambas partes es que no existe tal pugna, políticos y analistas la dan por hecho.

Cataluña es otra piedra en el zapato de líder socialista. La prensa española destaca su falta de conexión con el máximo responsable del partido en la región, Miquel Iceta, en medio del proceso soberanista que impulsa allí el gobierno catalán, con unas elecciones en clave plebiscitaria previstas el 27 de septiembre.

“Los socialistas están obligados a establecer una posición rotunda en una Cataluña marcada por la efervescencia del bloque soberanista. Ello pasa, ineludiblemente, por concretar en qué consiste la reforma federal de la Constitución que abandera Sánchez”, expresaba esta semana en un editorial el diario “El Mundo”.

El “sprint” electoral de este intenso año político (con comicios regionales y municipales, y también en Andalucía y Cataluña) es vital para el PSOE, que empieza a remontar tras la fuerte crisis arrastrada desde hace cuatro años, pero también para el futuro del propio Sánchez.

El último sondeo del Centro de Investigaciones Sociológicas de España (CIS, estatal), el socialista recibe una nota del 3,84 por parte de los ciudadanos, sacando más de un punto de ventaja a Mariano Rajoy.

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