Por María Laura Aráoz (dpa)
Berlín, 6 jul (dpa) – El presidente de Argentina, Mauricio Macri, trajo este martes su mensaje aperturista a Alemania en busca de inversiones que le permitan apuntalar la delicada coyuntura económica de su país tras las medidas de ajuste.
El mandatario argentino fue recibido en el primer día de su visita oficial por la canciller Angela Merkel, quien manifestó “respeto” por las reformas adoptadas “para aplicar los principios del libre mercado y abrir nuevamente a Argentina al mundo” y le deseó éxito para que se traduzcan en puestos de trabajo.
Al mismo tiempo, Merkel se manifestó consciente de que estos ajustes constituyen “un cambio importante” en la vida de mucha gente, especialmente en la de menores recursos. Macri reconoció que las medidas son “muy dolorosas”, pero afirmó que “era el único camino”.
“Claramente, en la República Argentina hay vocación de integrarse al mundo, de ser parte de una agenda global”, aseguró el mandatario argentino tras compartir un almuerzo de trabajo con Merkel en la imponente sede de la Cancillería en Berlín.
“También creemos en la cooperación directa”, dijo el líder de Cambiemos, flanqueado por Merkel, la única gobernante de una potencia mundial con la que aún no se había reunido tras asumir la presidencia argentina.
Para ello, el jefe de Estado argentino consiguió el martes los primeros logros. La ministra de Asuntos Exteriores, Susana Malcorra, firmó acuerdos bilaterales para promover la cooperación en las áreas tecnológica, económica, comercial y de inversiones, según un comunicado emitido el mismo día por la Cancillería argentina.
Macri llegó a una Alemania muy preocupada por la decisión de los británicos de abandonar la Unión Europea e intentando reforzar la cohesión del resto del bloque, acechada por partidos euroescépticos y populistas en varios países.
Sin embargo, Merkel negó que el voto a favor del llamado “Brexit” fuera a modificar la postura de los europeos. “Nuestras relaciones con América Latina no cambiarán”, fue contundente.
Macri expresó el deseo de avanzar en las negociaciones para un tratado de libre comercio entre la Unión Europea y el Mercado Común del Sur (Mercosur), pero la líder germana rebajó las expectativas y admitió que la apertura a los productos agrícolas traerá aparejados problemas también para el sector agropecuario de su país.
“No hace falta ser profeta para decir que el agrícola es un capítulo complicado, no solo en Francia sino en Alemania”, dijo Merkel. “Será complicado para el ministro alemán de Agricultura, para el agro alemán. Pero por el hecho de que sean difíciles no quiere decir que vayamos a dejar de hacerlo”.
La apretada agenda del mandatario argentino comenzó con un desayuno de trabajo con el ministro de Economía y vicejefe de Gobierno, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, y una reunión con su par alemán, Joachim Gauck, quien lo recibió con honores militares en el Palacio Bellevue.
Por la tarde, Macri habló en la Fundación Konrad Adenauer, una entidad cercana a la Unión Demócrata Cristiana de Merkel que cooperó con la alianza de centroderecha de Macri, Cambiemos, con capacitación de personal y asesoramiento.
Allí promovió Macri a su país y la región sudamericana como una buena opción para negocios e inversión en momentos en que el mundo se ve sacudido por tendencias aislacionistas.
“En un mundo convulsionado estar lejos es una ventaja. No tenemos problemas religiosos, tenemos un continente con muchísimos recursos naturales y buenos recursos humanos”, desgranó el jefe de Estado ante unas 200 personas, entre ellos muchos diputados conservadores.
El resurgimiento de tendencias nacionalistas y aislacionistas en varios países contrastan con la situación en Argentina, que quiere volver a la escena internacional, dijo Macri. “Siento que eso es una gran oportunidad para América del Sur y para Argentina”, especialmente en el papel que podrían jugar para conseguir la seguridad alimentaria y energética.
Macri expuso los lineamientos de su Gobierno, que asumió hace siete meses. “La Argentina decidió un cambio político absoluto que sorprendió a todo el mundo”, se felicitó. “Hemos impulsado un sinceramiento de la economía y a pesar de las dificultades hay un enorme entendimiento de la población”.
Entre las metas de su gestión enumeró la de erradicar la pobreza, que afecta al 30 por ciento de la población, generar trabajo a partir de la inversión y no del consumo, mejorar la educación, luchar contra el narcotráfico y unir a los argentinos.
Allí recibió el respaldo de sus aliados conservadores. Hans-Gert Pöttering, el titular de la fundación y ex presidente del Parlamento euroopero, calificó de “valientes” las reformas de Macri.
Pöttering le obsequió un grabado con la cara de Konrad Adenauer, el primer jefe de Gobierno de Alemania tras la Segunda Guerra Mundial, de 1949 a 1963, y le deseó que logre mantenerse en el Gobierno argentino “hasta el 2029”, ignorando la imposibilidad en Argentina de gobernar más de dos mandatos seguidos.
Sin embargo, no fueron todos elogios para Macri. La visita estuvo jalonada por una manifestación de protesta de unos 40 argentinos, que le gritaron “Ta, ta, ta, la guita (dinero) dónde está” y lo llamaron “corrupto” y “vendepatria”.
