Caracas, 23 oct (VOA) – María Corina Machado, inminente candidata presidencial de la oposición venezolana tras su amplia ventaja en el primer boletín de la votación primaria del domingo, deberá sortear múltiples retos de cara a 2024, entre ellos la resolución de su inhabilitación para ejercer cargos públicos y lograr una “verdadera” unidad del antichavismo, advierten analistas consultados por la Voz de América.
Con el 93,13 % de los votos en el primer boletín, Machado capitalizó su holgado favoritismo en las encuestas en la votación del domingo porque logró conquistar “la joya de la corona” de todo proceso electoral, como es “una mágica conexión emocional” con los votantes, de acuerdo con el analista Jesús Seguías.
Seguías, presidente de la firma encuestadora Datincorp, explica que ese tipo de conexión “genera credibilidad, encanto, compromiso, pasión” y se hace viral, dejando sin efecto “los cuestionamientos racionales”, las alianzas o las maquinarias políticas de sus adversarios.
Comparó la “adhesión afectiva” del electorado opositor con Machado con fenómenos políticos “virales”, como los expresidentes Carlos Andrés Pérez y Hugo Chávez.
Muchos venezolanos perciben a Machado como “una mujer honesta, valiente y consistente con sus posiciones políticas”, que los lleva a aferrarse a “una nueva esperanza”.
Seguías cree que sería “un error político capital” subestimar el movimiento electoral que se aglutina en torno a Machado, a quien define como “una amenaza real para el gobierno”.
El experto en estudios de opinión pública se atreve a decir que, si se acepta habilitar a Machado como candidata formal, “las elecciones de 2024 serán innecesarias”.
“Lo mejor sería entregarle de una sola vez las llaves de Miraflores (…) el gobierno perdería de calle. Para el gobierno, ya no se trata de una competencia electoral sino de una rendición”, comentó en un análisis compartido con la VOA.
Un “punto de honor” del chavismo
Los partidos opositores, ya no solo Machado, tendrán que definir estrategias de consenso, “verdadera unidad” y “alternativas viables” en cuanto a la inhabilitación de la ganadora de la votación de este domingo, advierte el politólogo y docente Gustavo Adolfo Soto.
Soto subraya que una tarea pendiente de la Comisión Nacional de Primaria y de la Plataforma opositora fue el mecanismo de designación de un candidato alternativo en caso de que el oficialismo no ceda suspendiendo la inhabilitación de Machado para ejercer cargos públicos por 15 años.
Esa medida fue ratificada hace meses por la Contraloría General venezolana, entonces liderada por el hoy presidente del Consejo Nacional Electoral, Elvis Amoroso.
El profesor de la Universidad del Zulia ve “muy cuesta arriba” la idea de que el chavismo acceda a revertir la inhabilitación de Machado.
Estados Unidos, actor clave en las negociaciones políticas entre el oficialismo y la oposición, demandó al gobierno de Maduro antes de finales de noviembre un calendario de reversión de esas inhabilitaciones.
Jorge Rodríguez, delegado jefe del madurismo para esas negociaciones, rechazó lo que calificó como “chantaje” de esa postura de Estados Unidos y cerró la puerta a la posibilidad de que cualquier candidato inhabilitado pueda inscribirse para las presidenciales.
Gerardo Blyde, su par en la delegación opositora, dijo un día después de la firma que los acuerdos de Barbados abren una “ruta” para el levantamiento de esas inhabilitaciones.
Es un escenario que, al menos para analistas como Soto, se antoja “muy difícil”. Para él, el oficialismo entiende como “un punto de honor” que Machado no sea su rival.
El “giro” necesario en su discurso
Machado deberá unificar a una oposición que reiterada y públicamente ha criticado, hasta el punto de acusar a parte de ella de ser cooperadores del gobierno de Maduro.
El domingo, llamó a una “gran alianza nacional para transformar a Venezuela” y llamó a que “se sumen” a ella quienes todavía no han respaldado su causa, incluyendo a quienes alguna vez confiaron en el chavismo como proyecto político.
Juan Manuel Trak, sociólogo y doctor en procesos políticos contemporáneos, anticipa que la ganadora de la primaria “tendría que dar un giro importante en su discurso” para aglutinar realmente a las fuerzas opositoras.
Incluso, cree necesario que Machado deba “deshacerse de sus asesores más radicales” para erradicar de su retórica las discrepancias entre grupos del antichavismo con el fin de tejer alianzas y “bajar un poco el tono moralista”.
Deberá identificar más al “enemigo” puertas afuera de la oposición y “manejar las diferencias internas en la oposición como cuestiones estratégicas”, opina.
Otro desafío es la aplicación de los acuerdos firmados la semana pasada en Barbados por la Plataforma Unitaria y el gobierno madurista, en cuyas negociaciones no participó Machado ni alguno de sus delegados.
“Tiene que empujar porque ese acuerdo se cumpla y, para eso, necesita la cooperación del resto de los grupos políticos que hacen vida en el país”, dice Trak.
La “incertidumbre” del chavismo
Jesús Castellanos, politólogo especialista en asuntos electorales en Venezuela, cree que la primaria del domingo, con un estimado de más de 2 millones de votantes, ha anidado “incertidumbre” en el gobierno de Nicolás Maduro y ha dado “algún tipo de articulación” en una oposición que exhibía “importantes niveles de fraccionamiento”.
El proceso opositor también “marcó temas dentro de la agenda política”, permitió “construir un amplio consenso sobre la ruta electoral” más allá de “la élite de los partidos” y deslinda al antichavismo de sectores presuntamente opositores, “con otras agendas”.
El mayor reto de Machado tras su amplia victoria del domingo, según Castellanos, será “hacer valer su candidatura para 2024, aglutinar y consolidar ese liderazgo”.
La victoria de la exdiputada, hoy candidata unitaria de la oposición, “ayuda a fortalecer este nuevo, aceitado y legitimado músculo democrático” de cara al próximo año, añadiendo que se aspira a sumar, dice, a la disidencia del chavismo y hasta al madurismo.