Jhon Puse Arroyo lleva toda la vida recolectando cangrejos rojos en el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, que abarca casi 3 000 hectáreas a lo largo de la costa peruana, cerca de la frontera con el Ecuador.
“Aprendí esta profesión de mi padre, que obtenía en los manglares el sustento para toda nuestra familia: mi madre y mis seis hermanos”, cuenta Jhon.
Ahora, a sus 40 años, Jhon no solo trabaja recolectando cangrejos rojos, sino que también es Vicepresidente del Consorcio Manglares del Noroeste del Perú, formado por organizaciones de pescadores y recolectores.
El Consorcio es un motor de cambio al apoyar la sostenibilidad y la biodiversidad del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes, que es también un emplazamiento piloto de la Iniciativa Pesquerías Costeras, un programa coordinado por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y financiado por el Fondo para el Medio Ambiente Mundial.
Los manglares se ubican en la frontera entre la tierra y el mar. Actúan como sumideros de carbono, filtros de agua y amortiguadores naturales contra las tormentas y la erosión. También son refugio de una gran biodiversidad, desde mejillones de manglar a mojarras, desde garzas a osos hormigueros, desde algas a abejas polinizadoras.
En el Perú, los manglares también albergan muchas especies de crustáceos y moluscos, como cangrejos rojos y almejas concha negra que viven en el barro entre sus raíces. Estas especies representan las fuentes principales de alimentos y medios de vida para pescadores y trabajadores de la pesca como Jhon y otros miembros de su comunidad.
Sin embargo, Jhon nota ahora una diferencia en los manglares. “Antes solo pasábamos tres o cuatro horas en los manglares, ahora necesitamos cinco o seis horas [para encontrar la misma cantidad de cangrejos]”, explica.
Los recursos han ido menguando. En los últimos 15 años, el aumento de la temperatura del mar, el exceso de precipitaciones, la escorrentía de las granjas locales y la contaminación de las ciudades cercanas están afectando a la cantidad y biodiversidad de animales y plantas de los manglares.
“Hay una diferencia entre el pasado y el presente. Como comunidad, queremos que el ecosistema de manglares vuelva a ser como era en la época de nuestros padres y abuelos”, proclama Jhon.
Cogestión para la sostenibilidad, hoy y mañana
En un intento por preservar y restaurar sus recursos naturales vitales, los pescadores del Consorcio han firmado un acuerdo de 20 años con el Servicio Nacional Áreas Naturales Protegidas (SERNANP) del Perú para cogestionar el Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes.
“Se trata del primer acuerdo de este tipo firmado con asociaciones de pescadores y recolectores, y marca un hito para la conservación y para nuestro país”, afirma Rosa García, responsable del Santuario Nacional Los Manglares de Tumbes.
En consonancia con los términos del acuerdo, los miembros del Consorcio supervisan y ordenan sus recursos, mantienen la biodiversidad y la cubierta forestal, y gestionan una empresa de ecoturismo y una planta de elaboración de marisco.
También llevan a cabo campañas educativas y participan en investigaciones científicas para repoblar las especies agotadas con la Universidad Nacional de Tumbes e Incabiotec, un laboratorio privado de biotecnología para el desarrollo sostenible.
Han adquirido las competencias empresariales, medioambientales, de gestión y científicas necesarias para cogestionar el lugar con los conocimientos acumulados gracias a los talleres de creación de capacidad ofrecidos por la Iniciativa Pesquerías Costeras a lo largo de los años.
En el Perú, la Iniciativa Pesquerías Costeras se lleva a cabo por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), bajo el liderazgo del Ministerio del Ambiente y la participación del Ministerio de la Producción y los gobiernos regionales de Tumbes y Piura.
Jhon asegura que los pescadores y recolectores ya están notando la diferencia.
“Ahora sabemos que podemos llevar a los manglares larvas de almeja concha negra cultivadas en laboratorio, y que se adaptarán y crecerán”, señala Jhon. Llevamos a cabo esta investigación en un emplazamiento piloto de la Iniciativa Pesquerías Costeras en el santuario y observamos que la población de concha negra aumentó”.
El seguimiento y la vigilancia participativos deben basarse en sólidas organizaciones comunitarias que colaboran con el gobierno en la cogestión de los ecosistemas. Han aprendido estas técnicas de gestión de ecosistemas en los talleres de creación de capacidad organizados por la Iniciativa Pesquerías Costeras a lo largo de los años, subraya.
“Creemos que este modelo de gestión inclusiva es el más sostenible en el tiempo”, asegura Marco Arenas, responsable de la Unidad Operativa Funcional de Gestión Participativa del SERNANP.
“Beneficia a las comunidades locales, apoya el desarrollo regional y conserva la biodiversidad”, indica. “Solo generando oportunidades para las comunidades locales podemos asegurar la conservación”.
El Día Mundial de los Océanos es una ocasión importante para reconocer lo decisivos que son nuestros recursos marinos para tantas comunidades.
“En el Día Mundial de los Océanos afirmamos que lo más importante es la voluntad de proteger nuestros mares y nuestros manglares. Cada pescador debe colaborar a nivel individual”, añade Jhon.
“Los manglares significan la vida para todos nosotros, y por eso debemos protegerlos”, concluye.
La historia y las fotos relacionadas se pueden encontrar en: https://www.fao.org/fao-