Moscú, 27 jun (elmundo.cr) – El presidente ruso, Vladimir Putin, dijo el lunes que permitió que el motín abortado del sábado continuara tanto como lo hizo para evitar un derramamiento de sangre, mientras que el jefe del grupo de mercenarios Wagner que lideró el levantamiento dijo que nunca tuvo la intención de derrocar al gobierno.
El discurso televisado de Putin fue su primer comentario público desde el sábado, cuando dijo que la rebelión amenazaba la existencia misma de Rusia y que quienes estaban detrás de ella serían castigados.
“Desde el comienzo de los eventos, se tomaron medidas siguiendo mis instrucciones directas para evitar un derramamiento de sangre grave”, dijo Putin el lunes.
“Hacía falta tiempo, entre otras cosas, para dar a aquellos que habían cometido un error la oportunidad de volver en sí, de darse cuenta de que sus acciones eran firmemente rechazadas por la sociedad y que la aventura en la que se habían visto envueltos tenía un carácter trágico y destructivo, consecuencias para Rusia y para nuestro estado”.
El jefe de Wagner, Yevgeny Prigozhin, habló en un mensaje de audio de 11 minutos que se publicó en el canal Telegram de su servicio de prensa y que dio pocas pistas sobre su paradero o el acuerdo bajo el cual detuvo el movimiento hacia Moscú.
Prigozhin conmocionó al mundo al liderar la revuelta armada del sábado, un evento que numerosos líderes occidentales vieron como una exposición de la vulnerabilidad de Putin después de invadir Ucrania hace 16 meses.
El líder mercenario suspendió abruptamente el levantamiento después de que sus combatientes se acercaron a Moscú prácticamente sin resistencia durante una carrera de casi 800 km (500 millas).
El presidente ruso dijo el lunes que cumplirá su promesa del fin de semana de permitir que las fuerzas de Wagner se trasladen a Bielorrusia si así lo desean, firmar un contrato con el Ministerio de Defensa de Rusia o regresar con sus familias.
No mencionó a Prigozhin. Putin se reunió el lunes por la noche con los jefes de los servicios de seguridad rusos, incluido el ministro de Defensa, Sergei Shoigu, informó IFX, citando a un portavoz del Kremlin.
Una de las principales demandas de Prigozhin había sido que Shoigu fuera despedido, junto con el máximo general de Rusia, quien el lunes por la noche aún no había aparecido en público desde el motín.
Prigozhin, de 62 años, exiliado de Putin y exconvicto cuyas fuerzas libraron las batallas más sangrientas de la guerra de Ucrania, desafió las órdenes de este mes de colocar sus tropas bajo el mando del Ministerio de Defensa.
