Roma, 19 abr (NoticiasONU) – Una iniciativa respaldada por el Programa Mundial de Alimentos para entregar semillas de mijo a personas vulnerables se está arraigando en Odisha, donde contribuye a combatir el hambre y mejorar los medios de vida.
Subasa Mohanta no es ajena al hambre. Ha estado presente en la vida de esta campesina de 50 años, su esposo y sus dos hijos.
A pesar de que trabajaba 16 horas al día con una carga de trabajo extenuante como peón y acarreando piedras a un sitio de construcción, existía la posibilidad de regresar a su casa sin suficiente para comer.
Sin embargo, en 2018, una pequeña bolsa de semillas transformó la vida de Subasa y su familia.
La campesina esparció las semillas de mijo africano, que le había entregado el gobierno de Odisha como parte de un programa rural respaldado por la agencia antes mencionada, en las 0,6 hectáreas de tierra sin cultivar que rodea su casa de ladrillo y barro en el pueblo de Goili, en el distrito de Mayurbhanj.
En unos dos meses, recogió su primera cosecha de mandia (la palabra Odia para ragi o mijo africano). De los cerca de 500 kilogramos que cosechó, que vendió a 40 rupias el kilo, guardó una parte para alimentar las bocas hambrientas en casa y repartió el resto entre amigos y familiares. Después, una vez más, sembró las semillas en sus tierras de cultivo.
Mandia Maa, un símbolo de esperanza
Durante los últimos tres años, la historia de esperanza, confianza y empoderamiento de Subasa se ha entrelazado con la génesis y el crecimiento de la Misión Odisha Millets, un programa insignia del Departamento de Agricultura y Empoderamiento de los Agricultores del gobierno regional.
Los rutina diaria de Subasa ahora se divide entre cultivar su propia tierra,a las que se suman ahora 3,2 hectáreas que ha alquilado, y asesorar a mujeres en Mayurbhanj y otros distritos de Odisha sobre las mejores prácticas de cultivo de mijo.
También habla con los reporteros locales que hacen fila para conocer a Mandia Maa, un apodo que se ha ganado por su arduo trabajo y su predisposición ade probar una nueva cosecha cuando pocos se mostraban dispuestos a hacerlo.
Desde panqueques hasta una bebida saludable
El mijo africano no solo cambió la fortuna de los Mohanta, que en actualidad cultivan también otros mijos como el suan (mijo pequeño) y el sorgo, que ahora forma parte de la dieta familiar. Desde mandia kakara pitha (una especie de panqueque) hasta mandia malt (una bebida saludable para comenzar el día), el tazón de nutrición de la familia también es parte del viaje del Programa Misión Odisha Millets hacia el éxito.
La alta tolerancia de la planta de mijo al calor (hasta 64 grados centígrados), la sequía y las inundaciones hacen que su cultivo sea una opción adecuada para los agricultores en una era de cambio climático y agotamiento de los recursos naturales.
El mijo requiere menos agua que el arroz y el trigo, los dos alimentos básicos de la dieta india. Los mijos de temporada corta crecen fácilmente sin fertilizantes, esto los convierte en una opción más saludable y segura, tanto para el consumidor como para tierra donde se cosecha. El cultivo intercalado de mijo con otros cultivos también beneficia la calidad del suelo: ayudando a controlar la escorrentía del agua y a la conservación del suelo en áreas propensas a la erosión.
“Además de ser una rica fuente de nutrientes y un cultivo resistente al clima, el mijo puede diversificar el sistema alimentario, contribuir a resiliencia y la adaptación, y mejorar los medios de subsistencia de los pequeños agricultores, incluidas las mujeres, a nivel nacional y regional”, dice Bishow Parajuli, representante del Programa Mundial de Alimentos y director en India.
Mujeres al frente
En Odisha, lo que comenzó hace cuatro años con una entrega de folletos publicitarios, anuncios por megafonía desde camionetas, distribución de semillas entre los aldeanos por parte de voluntarios, especialistas de la comunidad y funcionarios del departamento de agricultura, se ha convertido actualmente en un movimiento impulsado por grupos de autoayuda de mujeres.
Las mujeres, quienes todavía son vistas principalmente como mano de obra postcosecha y cuidadoras de semillas, han tomado la iniciativa en el procesamiento de ragi, mejorando los rendimientos de mijo con bioinsumos, y también dirigencafés y centros que sirven platos a base de mijo.
El humilde jau (una papilla hecha con grano sin pulir), la forma más común de consumo de mijo en Odisha, se ha convertido en acompañamiento de otros platos tradicionales como bara, malpua, khaja y chakuli.
Ya no es la comida de los pobres
Las semillas han echado raíces, pero el camino a seguir no está libre de desafíos.
El mijo todavía se percibe como un alimento de los pobres y los desfavorecidos, un problema de imagen que debe abordarse a través de promociones, campañas en las redes sociales y mensajes de concienciación de las celebridades.
El mijo necesita el apoyo del consumidor urbano para encontrar el lugar que le corresponde en las estanterías de las tiendas de alimentación, y dejar de ser la comida de los pobres.
A pesar de que para el mijo dé este gran salto aún queden unos pocos veranos, las mujeres en las aldeas y pueblos pequeños de Odisha se toman muy en serio su trabajo. Y las vidas ya están cambiando, grano a grano.
Misión Odisha Millets
Lanzada en 2017, la misión es la primera iniciativa agrícola de su tipo que fomenta el cultivo de mijo rico en nutrientes en la India oriental.
El objetivo de esta va más allá de recuperar el mijo, el alimento tradicional de las tribus de Odisha, a los platos. Su objetivo es fortalecer los medios de subsistencia y la seguridad alimentaria de los pequeños agricultores alentándolos a adoptar cultivos resistentes al clima y, al mismo tiempo, generando demanda del producto.
Cuando se estableció la Misión Odisha Millets, cubría tan solo 72 bloques con una población tribal distribuida en 14 distritos. En cuatro años, su alcance se ha extendido a 84 bloques en 15 distritos, en 15.608 aldeas y 110.448 agricultores.
Para reforzar la misión, la Asamblea General de la ONU en 2021 adoptó una resolución patrocinada por la India, declarando 2023 como el Año Internacional del Mijo.
Se espera que esta semilla se convierta en una herramienta para abordar la desnutrición, junto con otros esfuerzos en curso, especialmente entre las comunidades tribales más vulnerables.
El consumo regular de mijo reduce el riesgo de diabetes, enfermedades cardíacas y trastornos relacionados con la digestión al tiempo que mejora la salud respiratoria y los sistemas muscular y neural.