Las fallas en la regulación están marchitando la industria de la marihuana en Colombia

Bogotá, 14 mar (VOA) – Hace siete años, Colombia legalizó la marihuana para uso medicinal, lo que atrajo a inversores extranjeros, principalmente de capital canadiense. Al menos 500 millones de dólares se destinaron desde entonces al sector; pero el año pasado cerraron 200 empresas para un total de 600, lo que ha generado preocupación en el rubro.

“Lamentablemente uno de los pasos que faltó hacer es una regulación robusta y un desarrollo del mercado local colombiano, eso hace que nosotros, las empresas y los productores, tendríamos que enfocar nuestros esfuerzos y nuestros recursos en poder sacar un producto que podamos exportar”, dijo a la Voz de América Mauricio Krausz, director de Plena Global, una empresa que exporta a Alemania, Reino Unido, Australia e Israel, mientras recorre los cultivos de marihuana de la firma.

Debido a lo que comenta Krausz, el entusiasmo inicial por el sector tras su legalización en 2017, dio paso al desencanto entre algunos de los productores, que tuvieron que abandonar sus invernaderos y despedir a sus trabajadores, lo que provocó que los cultivos se llenen de maleza.

A ello se sumó que con un último debate en el Congreso naufragó el proyecto de ley que buscaba legalizar el uso recreativo de la marihuana, un siguiente paso esperado por el sector tras la aprobación del uso medicinal. La ley colombiana prohíbe vender marihuana aunque permite cultivar hasta 20 plantas y llevar hasta 20 gramos para uso personal.

Espacio para la ilegalidad

Las esperanzas de los empresarios estaban en la llegada al gobierno del líder político de izquierda Gustavo Petro, quien ha insistido en dar un giro en la lucha histórica contra las drogas.

Pero en los 19 meses que van de gobierno los avances han sido mínimos, dicen fuentes consultadas. De no ocurrir avances, con Petro serían tres los gobernantes que no avanzan en la regulación del sector.

La entidad colombiana que regula los medicamentos y alimentos INVIMA, sostiene que quienes buscan autorización para productos de marihuana medicinal presentan documentación incompleta.

“Por exceso de regulación y por regulación mal enfocada lo que está ocurriendo es que el mercado interno está siendo atendido por la criminalidad y la legalidad y no por las empresas licenciadas para poder sostener nuestras operaciones”, expuso Camilo De Guzmán, Presidente de Asocolcanna, el gremio que agrupa al sector.

Colombia ha sido históricamente uno de los mayores productores de drogas en el mundo, lo que ha dejado miles de muertos en su lucha.

Un panorama de incertidumbre

Fuentes del sector estiman que lo que parecía ser una locomotora que impulsaría miles de empleos desde su legalización en 2017, no pasó de las intenciones y se ha convertido en motivo de incertidumbre para los trabajadores.

“Es una industria que puede llegar a tener un muy buen impacto en el nivel de empleo en en Colombia”, enfatizó Krausz, mientras recorría las instalaciones de Plena Global, una empresa en la que trabajan 100 empleados y que se ha esforzado en certificarse y cumplir los estándares internacionales del sector.

“Lamentablemente todavía no funciona con la regularidad y la economía que queremos, entonces es esperable que haya una sensación de incertidumbre a pesar que las personas estén súper conectadas con el propósito de la empresa”, dijo Ludy Valero, directora operativa del cultivo.

Pese a esto, empresarios y trabajadores mantienen la esperanza en que los responsables de regular la marihuana vean el potencial que tiene la ubicación geográfica de Colombia para el desarrollo del sector.

“Lo que nosotros estamos pidiendo es que se haga una regulación pragmática para que podamos tomar un mercado que ya existe pero que está en el mercado negro, tanto con fines medicinales de alimentos y bebidas o de uso adulto y que ese mercado transite hacia la legalidad”, concluyó De Guzmán.

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