La ONU reclama protección a ecologistas tras redadas en Alemania

Activistas y seguidores del grupo ecologista Última Generación se manifiestan en Stuttgart tras redadas contra la agrupación. Foto: Andreas Rosar/dpa
Activistas y seguidores del grupo ecologista Última Generación se manifiestan en Stuttgart tras redadas contra la agrupación. Foto: Andreas Rosar/dpa

Nueva York/Berlín, 26 may (dpa) – Las Naciones Unidas destacaron la importancia de los activistas climáticos y sus acciones, tras las redadas policiales en Alemania contra el grupo de ecologista “Letzte Generation” (Última Generación).

“Los activistas climáticos -liderados por la voz moral de los jóvenes- continuaron persiguiendo sus objetivos incluso en los días más oscuros. Deben ser protegidos y los necesitamos ahora más que nunca”, declaró a dpa Stephane Dujarric, el portavoz del secretario General de la ONU, António Guterres, en Nueva York.

Los manifestantes han sido fundamentales en “momentos cruciales para presionar a los gobiernos y a los líderes empresariales para que hagan mucho más”, añadió Dujarric. “Sin ellos, los objetivos climáticos mundiales estarían ya fuera de nuestro alcance”.

Sin embargo, el portavoz de Guterres también señaló que, a pesar del derecho fundamental a las manifestaciones pacíficas, los gobiernos tienen naturalmente la responsabilidad de hacer cumplir las leyes y garantizar la seguridad.

Se refería de este modo a la acción llevada adelante el miércoles por la Fiscalía General de Múnich y unos 170 agentes policiales que registraron 15 pisos y locales comerciales en siete estados federados por cargos penales presentados contra miembros de Última Generación. La acusación es por formación o apoyo a una organización criminal.

Los activistas niegan vehementemente ser delincuentes, aunque varios ya han sido condenados por delitos penales, en algunos casos a penas de prisión.

El grupo ecologista llama regularmente la atención sobre las consecuencias del calentamiento global con sentadas y acciones en museos. Sus miembros suelen pegarse a carreteras u obras de arte, pero también obstruyen el paso de vehículos de emergencia. También se los acusa de atacar instalaciones de la industria petrolera.

Con su protesta, Última Generación busca denunciar los déficits de la política climática, por ejemplo en lo que se refiere a las inmensas emisiones del tráfico de automóviles. Los activistas piden la formación de un “consejo social” que planifique el fin del uso de combustibles fósiles en Alemania para 2030. También piden un límite general de velocidad de 100 km/h en las autopistas.

El canciller alemán, Olaf Scholz, defendió en tanto su afirmación de que las acciones de los ecologistas de Última Generación eran “completamente disparatadas”. “No tengo pelos en la lengua”, cita hoy a Scholz el diario “Kölner Stadt-Anzeiger”.

El canciller celebró que las infracciones del grupo fueran castigadas, pero no quiso comentar la cuestión de si el grupo puede ser legalmente catalogado como organización criminal.

“Eso no me corresponde decidirlo a mí, sino a nuestra Justicia, que actúa con independencia”. Sin embargo, añadió: “Está claro que aquí se cometen delitos repetidamente, y el Estado de derecho no puede ignorarlo”.

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