Ginebra, 11 abr (VOA) – El director de la agencia climática de las Naciones Unidas alertó el miércoles de que a la humanidad sólo le quedan dos años “para salvar al mundo”, al tiempo que pidió cambios dramáticos para frenar las emisiones de carbono y decisiones financieras que prioricen el clima.
El secretario ejecutivo de la ONU para el Cambio Climático, Simon Stiell, dijo que si bien sabe que la advertencia puede sonar melodramática, es esencial actuar.
“¿Quién tiene exactamente dos años para salvar el mundo? La respuesta es cada persona de este planeta”, dijo Stiell durante una ponencia en la Chatham House, en Londres. “Cada vez más personas quieren acción climática en todas las sociedades y espectros políticos, en gran parte porque están sintiendo los impactos de la crisis climática en su vida cotidiana y en sus presupuestos familiares”.
La advertencia estaba dirigida particularmente a las naciones del G20, que incluyen economías en desarrollo y ya desarrolladas como la India, Estados Unidos y China. Esas naciones son responsables del 80% de las emisiones que calientan el planeta, lo que, según Stiell, debería obligarlas a estar en el centro de los proyectos de mitigación.
Los países más pobres no pueden pagar la factura de la implementación de estrategias de mitigación del cambio climático. Los países en desarrollo, sin incluir a China, que se considera un país en desarrollo, enfrentan un costo anual estimado de 2.400 millones de dólares para cumplir con sus prioridades climáticas y de desarrollo para 2030.
Sin embargo, no todo el mundo está convencido de que las advertencias que avivan el miedo conduzcan a medidas eficaces.
“‘Dos años para salvar el mundo’ es una retórica sin sentido; en el mejor de los casos, es probable que se ignore; en el peor, será contraproducente”, dijo el científico climático de la Universidad de Princeton Michael Oppenheimer, quien también es profesor de asuntos internacionales.
Los datos del gobierno de EEUU Unidos revelan que los niveles de dióxido de carbono y metano en la atmósfera alcanzaron picos sin precedentes el año pasado, además de ser el año más caluroso registrado. Al mismo tiempo, las emisiones globales de dióxido de carbono aumentaron un 1,1%.