La inversión extranjera directa se recuperó en 2021, pero podría decrecer en 2022

La inversión extranjera directa es una importante fuente de capital para los proyectos relacionados con las infraestructuras. Unsplash/Josue Isai Ramos Figuer
La inversión extranjera directa es una importante fuente de capital para los proyectos relacionados con las infraestructuras. Unsplash/Josue Isai Ramos Figuer

Ginebra, 9 jun (NoticiasONU) – La inversión extranjera directa se recuperó el año pasado para alcanzar los niveles previos a la pandemia, llegando a 1,6 billones de dólares a nivel global, informó este jueves la Conferencia de la ONU sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).

Pero la tendencia no se mantendrá en 2022, matizó la dependencia, que proyecta una reducción de esos flujos o, en el mejor escenario previsible, un estancamiento en el nivel actual.

En su informe sobre inversiones en el mundo, la UNCTAD señala que para hacer frente a un entorno de incertidumbre y aversión al riesgo, los países en desarrollo deben obtener una ayuda significativa de la comunidad internacional.

Hace falta invertir en los ODS

Rebeca Grynspan, secretaria general de la Conferencia, subrayó la necesidad de que se invierta en capacidad productiva, en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) y en la mitigación y adaptación al cambio climático.

También hizo hincapié en la falta de inversión en sectores relevantes para los Objetivos, sobre todo en alimentación, agricultura, salud y educación, donde los flujos siguen a la baja.

“Las tendencias actuales de inversión en estas áreas no son positivas”, alertó y agregó que es importante actuar ahora. “Aunque los países enfrentan problemas inmediatos muy alarmantes derivados de la crisis del costo de vida, es importante que podamos invertir a largo plazo”, subrayó Grynspan.

En este sentido, el informe asevera que el financiamiento de proyectos internacionales es cada vez más importante para los ODS y la inversión en la acción climática.

Los números

Según los datos de la UNCTAD, la inversión extranjera directa aumentó un 64% en 2021 con respecto al año anterior gracias a una serie de fusiones y adquisiciones y al crecimiento rápido del financiamiento de proyectos internacionales.

Las cifras desagregadas muestran que la recuperación benefició en alguna medida a todas las regiones, aunque cerca del 75% de los flujos de inversión se concentraron en las economías desarrolladas, donde aumentaron un 134%, con las empresas multinacionales registrando ganancias récord.

En tanto, los flujos hacia las economías en desarrollo subieron un 30% a 837.000 millones de dólares, el nivel más alto jamás registrado, en gran parte debido a la fortaleza en Asia, una recuperación parcial en América Latina y el Caribe y un repunte en África. La participación de los países en desarrollo en los flujos mundiales se mantuvo un poco por encima del 50%.

La UNCTAD indicó que Estados Unidos, China, Hong Kong (China), Singapur, Canadá, Brasil, India, Sudáfrica, Rusia y México fueron las economías que recibieron más flujos de inversión.

Factores de incertidumbre

Pese a los resultado positivos del año pasado, para el presente los vaticinios son de inciertos a negativos.

De acuerdo con la dependencia de la ONU, la guerra en Ucrania ha cambiado radicalmente el clima de inversión al impulsar la inflación de los alimentos y combustibles y restringir el financiamiento.

Además, la pandemia sigue impactando las economías, las tasas de interés continúan al alza y se teme una recesión, lo que genera un sentimiento negativo en los mercados financieros.

“La UNCTAD prevé que no se podrá sostener el crecimiento de 2021 y que los flujos globales de inversión extranjera directa en 2022 seguirán probablemente una trayectoria descendente y, en el mejor de los casos, permanecerán sin cambios”, apunta el informe.

Aclara también que, incluso si los flujos se mantuvieran relativamente estables en términos de valor, la actividad de nuevos proyectos sufriría más por la incertidumbre de los inversionistas.

Asimismo, advierte que la introducción de un impuesto mínimo global sobre la inversión extranjera directa tendrá implicaciones importantes en el clima de inversión internacional, pero matiza que tanto los países desarrollados como los países en desarrollo se beneficiarían de una mayor recaudación de ingresos.

Las regiones

Al referirse a los flujos que recibieron las regiones en 2021, la UNCTAD reporta un récord de 83.000 millones de dólares en África, especialmente en el sur del continente.

Los países asiáticos en desarrollo, que típicamente reciben un 40% de la inversión extranjera directa, recibieron un máximo histórico de 619.000 millones de dólares. La inversión extranjera directa en China creció un 21% y en el sureste asiático un 44%, pero en el sur de Asia cayó un 26% a medida que los flujos hacia la India se redujeron a 45.000 millones de dólares.

En América Latina y el Caribe los flujos aumentaron un 56%, con un crecimiento del 74% en Sudamérica, sostenido por una mayor demanda de materias primas y minerales que se usan en tecnologías limpias y que pueden ayudar a la transición hacia una economía baja en carbón.

Las economías estructuralmente débiles, vulnerables y pequeñas aumentaron un 15% hasta los 39 billones, pero la afluencia a los países menos adelantados, los pequeños Estados insulares y sin litoral combinados representó sólo el 2,5% del total mundial en 2021, frente al 3,5% en 2020.

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