Tapachula (México), 25 feb (EFE).- La frontera sur de México resiente la agudización del éxodo de Venezuela, tras un incremento de 131,8% de la migración irregular de ese país en 2023 hasta casi 223.000 personas, más de la cuarta parte del total de migrantes detectados por el Gobierno mexicano.
Venezuela fue el principal país de origen de los migrantes indocumentados que detectó en 2023 el Instituto Nacional de Migración (INM), que reportó una subida anual de más del 77% en la migración irregular al superar más de 782.000 personas.
Además, los venezolanos fueron la sexta nacionalidad con más solicitudes ante la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), con cerca de 5.500 peticiones el año pasado.
El arribo de venezolanos se ha sentido con particular fuerza en Tapachula, en la frontera de México con Centroamérica, donde el Centro de Dignificación Humana (CDH) advierte que la cifra de migrantes de ese origen podría haber superado los 300.000, pues el Gobierno solo contabiliza los interceptados.
Luis Rey García Villagrán, director del CDH, indicó a EFE que la tendencia es creciente.
“En 2022, a pesar de una pequeña disminución (frente a 2021), aún así fue mucho mayor. Nosotros consideramos que un poco más de 260.000 migrantes de origen venezolano ingresaron (por la frontera sur) y ya en 2023 definitivamente el flujo aumentó”, detalló con base en estimaciones de la organización civil.
En la frontera sur, en Ciudad Hidalgo, se mantiene un campamento de entre 500 y 1.000 venezolanos con casas de campaña en espera de recibir atención de las autoridades mexicanas.
Una crisis que no termina
El activista indicó que los migrantes llegan a México por la crisis económica por problemas políticos, falta de alimentos y necesidad de empleo.
La situación se ha agudizado mientras Venezuela se prepara para tener elecciones en 2024, en las que el Gobierno de Nicolás Maduro ha inhabilitado a la principal opositora, María Corina Machado, pese a su promesa de diálogo con la oposición.
La venezolana Yenglendis, quien viaja con su esposo de origen colombiano, dijo a EFE que los sueldos que ganaban de 2 dólares al día no les alcanzan para nada y eso los obliga a salir de sus países en busca de mejores oportunidades.
“Estamos pasando muchas necesidades, uno lo que trabaja es para medio comer y no alcanza para comer, el tema es político, hay muchos venezolanos allá (en Suramérica) que están pasándose para acá”, expresó.
Entre las amenazas del crimen y del Gobierno
Pese a que el presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, ha mostrado un discurso de acogida, los migrantes venezolanos denunciaron la violencia del crimen organizado y la discriminación del Gobierno.
Darri José Álvarez destacó que miles de sus compatriotas afrontan estafas, extorsiones, abusos y malos tratos de la policía.
“Yo quisiera que al Gobierno de México le llegara este mensaje y que se pusiera la mano en el corazón y que los migrantes tuvieran un poco más de derecho, respeto y voz para defenderse”, manifestó.
Incluso, aseveró que los criminales mexicanos lo trataron mejor que el mismo Gobierno, pues al llegar a Ciudad de México tomó un autobús a la norteña ciudad de Monterrey, donde los militares, los policías y agentes migratorios lo retornaron en avión hasta Tapachula.
“En lo que nosotros pasamos, lo que vivimos, somos abusados, maltratados por las autoridades”, sostuvo.
Marlon González, otro venezolano en Tapachula, denunció en su travesía en México grupos criminales lo secuestraron junto a su familia, les robaron 1.500 pesos (unos 85 dólares) y los dejaron en un lugar alejado.
“Por la crisis económica que hay allá, no hay trabajo, el mismo Gobierno te quiere meter preso y sembrar droga por todo, (pero en México tampoco nos va) muy bien porque nosotros fuimos víctimas de secuestro por los mismos cárteles”, lamentó. EFE