Imágenes de satélite respaldan pruebas de destrucción masiva de pueblos en el norte de Irak

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Redacción, 20 ene (elmundo.cr) – Amnistía Internacional presentó un informe que afirma que las fuerzas peshmerga del Gobierno Regional del Kurdistán y milicias kurdas del norte de Irak han demolido, volado e incendiado miles de casas en un intento evidente de desarraigar a las comunidades árabes como represalia por su supuesto apoyo al denominado Estado Islámico.

El informe, Banished and dispossessed: Forced displacement and deliberate destruction in northern Iraq (“Desterrados y desposeídos: desplazamiento forzado y destrucción deliberada en el norte de Irak”), se basa en una investigación de campo realizada en 13 pueblos y ciudades y en más de 100 testimonios de más de víctimas de desplazamiento forzado.

Mediante las imágenes de satélite se revela la destrucción generalizada llevada a cabo por fuerzas peshmerga, milicias yazidíes y grupos armados kurdos de Siria y Turquía coordinados con las fuerzas peshmerga.

Donatella Rovera, asesora general de Amnistía Internacional sobre respuesta a las crisis señaló que “el ejército del Gobierno Regional del Kurdistán parece estar impulsando una campaña para desplazar a la fuerza a las comunidades árabes, destruyendo pueblos enteros en áreas arrebatadas al Estado Islámico en el norte de Irak”.

“El desplazamiento forzado de la población civil y la destrucción deliberada de casas y propiedades sin una justificación militar pueden constituir crímenes de guerra”, agregó.

Las fuerzas del ejército del Gobierno Regional del Kurdistán también impiden a los residentes árabes que huyeron de sus hogares regresar a las zonas recuperadas.

Hay indicios de desplazamiento forzado y destrucción a gran escala de viviendas en pueblos y ciudades en las gobernaciones de Ninewa, Kirkuk y Diyala, que las fuerzas peshmerga recuperaron del Estado Islámico entre septiembre de 2014 y marzo de 2015, indica el informe.

Por su parte el Gobierno Regional del Kurdistán ha justificado el desplazamiento de comunidades árabes aduciendo motivos de seguridad.

“El ejército del Gobierno Regional del Kurdistán tiene el deber de procesar en juicios con las debidas garantías a las personas sospechosas de haber instigado y secundado crímenes cometidos por el Estado Islámico. Pero no debe castigar a comunidades enteras por crímenes perpetrados por algunos de sus miembros o sobre la base de sospechas vagas, discriminatorias e infundadas de que apoyan al Estado Islámico”, sostiene Rovera.

Maher Nubul, padre de 11 hijos que huyó de su pueblo, Tabaj Hamid, en agosto de 2014, afirma que los peshmerga lo “arrasaron” tras volver a tomarlo cuatro meses después.

“Lo único que sé es que cuando los peshmerga recuperaron el pueblo las casas estaban en pie. No podíamos regresar, pero se veía claramente desde la distancia. Y luego demolieron el pueblo, no sé por qué. No queda nada. Lo destruyeron todo sin ningún motivo”, señaló Nubul.

Los pueblos que fueron arrasados en parte o en su totalidad son Jumeili, Tabaj Hamid, Bahiza, Tubaykh, Sibaya, Chiri, Sayir, Umm Khabari, Khazuqa, Barzanke.

“El Gobierno Regional del Kurdistán debe detener inmediatamente la destrucción ilegítima de casas y propiedades civiles y debe ofrecer reparación plena a todos los civiles cuyas casas hayan sido demolidas o saqueadas. Los civiles desplazados a la fuerza deben poder regresar a sus hogares lo antes posible”, declaró Rovera.

“También es vital que la comunidad internacional condene públicamente todas las violaciones del Derecho Internacional Humanitario de ese tipo. Asimismo, debe asegurarse de que cualquier ayuda que brinde al Gobierno Regional del Kurdistán no alimente dichos abusos”, agregó.

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