Damasco, 5 abr (elmundo.cr) – Decenas de pacientes con dificultades respiratorias y asfixia son atendidos en los hospitales de la provincia tras el presunto ataque químico en Idleb, entre ellos mujeres y niños.
Las víctimas presentan síntomas que evocan la exposición a productos químicos organofosforados, que contienen agentes nerviosos, según la OMS.
Esos agentes son capaces de colapsar el mecanismo mediante el cual el sistema nervioso envía mensajes a los órganos del cuerpo.
“La posibilidad de una exposición a un ataque químico es alta debido a la aparente falta de heridas externas de un grupo de casos que han mostrado la rápida aparición de los mismos síntomas, entre ellos incapacidad de respirar como la principal causa de muerte”, explicó la agencia de la ONU en un comunicado.
Al menos 70 personas murieron y cientos más fueron afectadas, de acuerdo con trabajadores de Health Cluster, una organización socia de la OMS.
“Las imágenes y reportes que llegan de Idleb me causan conmoción, tristeza y rabia. Este tipo de armas están prohibidas por la ley internacional porque representan una barbarie que no podemos tolerar”, aseguró Peter Salama, director ejecutivo del Programa de Emergencias de la OMS.
La capacidad de los hospitales de Idleb y sus alrededores es limitada a causa de los daños que han sufrido por los combates. Dos de los centros médicos más grandes están cerrados, uno de ellos por un bombardeo registrado pocas horas después del reporte del uso de armas químicas en el área.
Las salas de emergencia y unidades de cuidados intensivos están abarrotadas y reportan escasez de medicamentos para atender a los pacientes. Muchos de ellos fueron trasladados a centros médicos en el sur de Turquía.
La OMS despachó suministros médicos como la Atropina, un antídoto para algunos tipos de exposición química, y esteroides para el tratamiento sintomático.
La Organización está enviando medicamentos adicionales a Turquía y está dispuesta a proporcionar más suministros y ambulancias según sea necesario.
Asimismo, los expertos de la OMS están en constante comunicación con los trabajadores de salud para proporcionar orientación en el diagnóstico y tratamiento adecuado de los pacientes.
En 2012 surgieron los primeros informes del uso de armas químicas en Siria. Desde entonces los reportes han sido frecuentes, entre ellos alegaciones del uso de cloro en Alepo y sus alrededores el año pasado.
Este ataque es el más grave desde el ocurrido en Ghouta en agosto de 2013.