Tegucigalpa, 28 abr (VOA) – Una niña de 9 años de edad que padecía de insuficiencia renal y era originaria de Cortés, departamento de San Pedro Sula, se convirtió en la víctima fatal más joven de COVID-19 en Honduras.
Francis Contreras portavoz del Sistema Nacional de Gestión de Riesgo dio una actualización de los datos sobre los últimos casos reportados.
“34 casos son de Cortés Francisco Morazán y Santa Bárbara. Cortés sigue siendo el mayor epicentro de número de casos tras aplicarse las pruebas rápidas”, explicó.
El médico especialista Omar Videa dijo que en estos casos las pruebas rápidas de detección de COVID -19 son una herramienta vital y tener una mejor atención a los pacientes con ciertas condiciones de salud complicada según su expediente, así lo detalló.
“Hay que tomar en cuenta que, factores ajenos agravan su situación como lo es la insuficiencia renal de alto riesgo de complicación a pesar de la edad y con el COVID-19 es difícil”.
Por su parte el laboratorio de Virología de la Secretaría de Salud de San Pedro Sula mantiene la aplicación de las pruebas hasta este momento y donde el municipio de Cortés sigue siendo el, epicentro de la pandemia.
Hasta ahora los casos positivos de COVID-19 en Honduras superan los 670 fallecidos.