Puerto Príncipe, 25 mar (elmundo.cr) – Haití está sumido en una crisis humanitaria que se agrava, con casi la mitad de la población enfrentándose a una inseguridad alimentaria aguda, según el último análisis de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (CIF).
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) advierte de las nefastas consecuencias si no se toman medidas urgentes para abordar las causas profundas de esta crisis.
Alrededor de 4,97 millones de personas están experimentando o probablemente experimentarán altos niveles de inseguridad alimentaria aguda entre marzo y junio de 2024.
De ellas, 1,64 millones de personas (el 17% de la población analizada) están clasificadas en la fase 4 (emergencia) de la CIF, que se concentran sobre todo en ocho zonas, entre ellas el valle del Artibonite, las zonas rurales de La Grand’Anse, La Gonâve, la parte transversal del Oeste y los barrios empobrecidos de Cité Soleil, Croix de Bouquets y Puerto Príncipe.
Estas cifras muestran un grave deterioro de la seguridad alimentaria en Haití, con 532.000 personas más que sufren inseguridad alimentaria aguda en comparación con las estimaciones anteriores para el mismo periodo.
La crisis del hambre se ve alimentada por una miríada de factores, entre ellos la escalada de la violencia de las bandas armadas, las crisis económicas, los bajos rendimientos agrícolas, las precipitaciones por debajo de la media, los efectos persistentes del terremoto de agosto de 2021 junto con las sucesivas inundaciones y el acceso reducido a la ayuda humanitaria.
La violencia perpetrada por los grupos armados se ha intensificado en los últimos meses, lo que ha provocado el desplazamiento interno de aproximadamente 362.000 personas, 50.000 de ellas desplazadas en los últimos tres meses, según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM).
Esta escalada de violencia no sólo interrumpe la circulación de mercancías y restringe el acceso a los mercados, sino que también infla los precios de los alimentos esenciales en un contexto ya de por sí frágil. El fenómeno Niño ha agravado los problemas agrícolas, afectando especialmente a los productores de cultivos.
Los retrasos en la temporada de lluvias y el déficit de precipitaciones han afectado significativamente al resultado de la temporada de primavera de 2023, que suele representar la mitad de la producción agrícola nacional. Las fuertes lluvias y las graves inundaciones de mediados de noviembre de 2023 han dañado cultivos, viviendas e infraestructuras.
El déficit de la producción agrícola local y las disfunciones de la cadena de suministro del mercado han mantenido altos los precios de los alimentos, dificultando el acceso a los mismos. En 2023, la producción agrícola se desplomó alrededor de un 39% en el caso del maíz, un 34% en el del arroz y un 22% en el del sorgo, en comparación con la media quinquenal.
La agricultura es un sustento vital para los haitianos, ya que más del 75% de las personas con mayor inseguridad alimentaria residen en zonas rurales. Se necesita un apoyo urgente para impulsar la producción agrícola y ganadera, garantizando la disponibilidad y el acceso a los alimentos para las familias y comunidades agrícolas vulnerables.
Los Ministros y Viceministros de América Latina y el Caribe, reunidos en la 38ª Conferencia Regional de la FAO para América Latina y el Caribe, celebrada en la ciudad de Georgetown, Guyana, del 18 al 21 de marzo, abordaron la situación de Haití e incluyeron una resolución específica sobre este tema: “Expresamos nuestra solidaridad con la República de Haití por el deterioro de la situación humanitaria que compromete la seguridad alimentaria y la nutrición, así como los medios de subsistencia de su población”.
El Subdirector General de la FAO y Representante Regional para América Latina y el Caribe, Mario Lubetkin, aseguró que “somos coherentes con las demandas de los países en cuanto a la prioridad que debemos dar a la crítica situación de Haití”.
La FAO, con sus oficinas locales y equipos presentes de forma activa sobre el terreno, continúa siguiendo de cerca la situación y proporcionando apoyo agrícola esencial para las próximas temporadas de siembra.
La FAO también está dispuesta a proporcionar ayuda crítica (es decir, transferencias de efectivo junto con semillas de hortalizas y aperos) a las poblaciones vulnerables, tanto desplazadas como residentes, en las zonas urbanas y periurbanas de Puerto Príncipe para satisfacer sus necesidades básicas y restablecer sus medios de subsistencia agrícolas.