Ciudad de Guatemala, 18 ago (VOA) – Aunque Guatemala ya pagó por 8 millones de vacunas contra COVID-19 al Fondo Ruso de Inversión Directa, solo ha recibido 960.000 dosis, una situación que complica el avance del proceso de inmunización en el país, que hasta el momento ha llegado a 2,7 millones de guatemaltecos.
El presidente Alejandro Giammattei confirmó ahora la adquisición de nuevas vacunas con otra farmacéutica.
“Se ha firmado una compra de 4 millones de dosis de AstraZeneca, las cuales van a principiar a venir [… en principio] en el mes de septiembre”, dijo Giammattei.
Agregó que “de esas, dos millones van al Instituto Guatemalteco de Seguridad Social, para que puedan atender a un millón de afiliados que no han tenido acceso a la vacuna, y dos millones irán para el ministerio de salud pública para que podamos llegar cuanto antes a cubrir a los mayores de 18 años”.
El anuncio coincide con el mayor repunte de casos que registra el país, con un promedio de 3.800 nuevos contagios a diario. Más de 40.000 casos activos amenazan con el colapso de la red hospitalaria.
“De las más de 2.500 camas dedicadas al COVID, tenemos el 96 % de camas ocupadas y eso nos hace bastante difícil el poder tener espacio suficiente con la cantidad de casos que están llegando y la agresividad de esta la vemos en el repunte de muertos”, explicó Giammattei.
La presencia de la variante delta fue confirmada la semana pasada, pero el repunte de casos persiste desde julio. La situación que se ve reflejada en el crecimiento de fallecimientos, que asciende a más de 11.000 en la nación.
Estado de Calamidad
En medio de la crisis, el Ejecutivo recurrió nuevamente a un Estado de Calamidad que, según el consejo de ministros, ayudará a contener la propagación del virus y viabilizar la adquisición de productos y servicios enfocados a atender la pandemia de forma más expedita.
La medida prohíbe espectáculos públicos, reuniones sociales y restringe los movimientos con un toque de queda.
El portavoz de la Policía Nacional Civil, Edwin Monroy, explicó que, por orden del Ministerio de Gobernación y para dar cumplimiento al decreto, elementos policiales controlan el toque de queda de las 10:00 de la noche a 4:00 de la madrugada desde el 15 de agosto.
Sin embargo, en los primeros dos días, más de 100 personas fueron detenidas por no respetar la restricción. El “80% bajo efectos de licor, olorosos a licor o conduciendo en estado de ebriedad”, declaró el portavoz.
El Estado de Calamidad aún está pendiente de ser aprobado por el Congreso de la República y tendría vigencia por un mes, con opción a ser prorrogado.