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Graziano da Silva: Es “crucial” fortalecer la resiliencia de las comunidades rurales en un Oriente Próximo plagado de conflictos

Roma, 10 may (elmundo.cr) – Los conflictos han incrementado la inseguridad alimentaria en Oriente Próximo, y para revertir esta situación es crucial fortalecer la resiliencia de las comunidades rurales pobres, lo que incluye contar con sistemas de protección social, aseguró hoy el Director General de la FAO, José Graziano da Silva.

“Incluso en situaciones de conflicto, podemos hacer mucho para que los sistemas alimentarios locales sigan funcionando y ofrecer esperanza a las poblaciones afectadas. Tenemos que lograr que los campesinos permanezcan en sus granjas produciendo alimentos”, señaló Graziano da Silva en la apertura de la Conferencia Regional de la FAO para Oriente Próximo, a la que asisten ministros y altos funcionarios de más de 30 países.

En su intervención explicó cómo hasta 2013 la región disfrutó de un período de disminución general de la subalimentación pero que, desde entonces, la inseguridad alimentaria en la zona ha aumentado un 15 por ciento, debido sobre todo a que algunos países padecen una situación de conflictos prolongados.

El nivel de subalimentación en los países que sufren conflictos en la región de Oriente Próximo y África del Norte es de aproximadamente el 28 por ciento de su población, seis veces mayor que en los países de la zona donde se vive en paz.

Graziano da Silva añadió que en 2016 había cerca de 66 millones de personas desplazadas por la fuerza en el mundo, con casi 25 millones procedentes de tan solo cinco países que sufren enfrentamientos en la región de Oriente Próximo y África del Norte.

La máxima prioridad de la FAO es ayudar a los países a alcanzar el Objetivo de Desarrollo Sostenible número 2 sobre la erradicación del hambre y todas las formas de malnutrición, y también promover el desarrollo agrícola sostenible, indicó el Director General.

El Presidente de la Conferencia, Ghazi Zeaiter, Ministro de Agricultura de Líbano, urgió a una solución pacífica a las crisis en la región. “Un tercio de los países en Oriente Próximo y el Norte de África sufren o son testigo de conflictos”.

“Hacen falta acciones colectivas y de gran alcance” para hacer frente a los daños de las infraestructuras, a los daños económicos, y al problema de los desplazamientos y los refugiados, añadió Zeaiter destacando los trastornos sufridos por su propio país, Líbano.

Cambio climático y escasez de agua

Si bien la paz sigue siendo el principal requisito previo para que los países del Cercano Oriente y África del Norte alcancen el Hambre Cero, la región se enfrenta también otros desafíos que afectan a sus ya limitados recursos para producir alimentos.

La disponibilidad de agua dulce en la región es tan solo del 10 por ciento del promedio mundial, una situación que no tiene visos de mejorar a medida que se acelera el impacto del cambio climático, y prosiguen la rápida urbanización y el crecimiento demográfico.

Apoyo de la FAO

En este sentido, Graziano da Silva recordó que la FAO ha lanzado la Iniciativa regional sobre la escasez de agua, que ha sido respaldada por la Liga de los Estados Árabes y ha funcionado adecuadamente como plataforma para la colaboración y el intercambio de conocimientos.

Y como un “primer paso para la planificación estratégica transformadora de unos recursos hídricos escasos”, ocho países de la región están en vías de establecer sistemas fiables de contabilidad del agua”, dijo Graziano da Silva.

También señaló cómo, en el contexto del cambio climático, “es de suma importancia promover la adaptación de los sistemas alimentarios” y que la agroecología tiene mucho que ofrecer a este respecto, así como para mitigar los gases de efecto invernadero y salvaguardar los recursos naturales y biodiversidad.

Otras iniciativas de la FAO en la región incluyen la Agricultura en Pequeña Escala, que reconoce la importancia de crear trabajos en las explotaciones y más allá como fuente principal de ingresos en las áreas rurales; la Creación de Resiliencia para la Seguridad Alimentaria y la Nutrición, para desarrollar políticas y programas coherentes y basados en la evidencia para satisfacer las necesidades de los países en materia de seguridad alimentaria y nutrición a la vez que se construye resiliencia y se promociona la agricultura sostenible.

El Director General subrayó que la FAO ayuda además a los países a combatir la propagación de las enfermedades transfronterizas de los animales y las plagas, que se ha acelerado debido al cambio climático. Aquí se incluyen problemas endémicos, como la langosta del desierto, el picudo rojo de la palmera, la fiebre aftosa, y nuevos desafíos como la xylella fastidiosa, una bacteria que afecta al olivo.

El Director General destacó la importancia de la cooperación regional para hacer frente a estas amenazas. La FAO trabaja en la promoción de una sólida coordinación, preparación, alerta temprana, prevención, vigilancia y capacidad de respuesta.

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