Heredia, 17 jun (elmundo.cr) – El hallazgo de uranio enriquecido al 60% en Irán ha intensificado las tensiones en Medio Oriente, reactivando el conflicto geopolítico con Israel y elevando los temores sobre una posible escalada con repercusiones globales, según advierte Esteban Picado Sandí, físico nuclear del Programa LabFA del Departamento de Física de la Universidad Nacional (UNA).
El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) confirmó recientemente que Irán posee 408 kg de uranio enriquecido a un nivel del 60%.
Picado señala que esta cifra “marca un umbral técnico excepcionalmente delicado: ese uranio no sirve para reactores civiles, pero sí constituye el paso inmediato hacia fines militares, al estar muy cerca del 90% necesario para construir armas nucleares”. Además, el OIEA reportó trazas de material fisible en recintos no declarados como instalaciones nucleares.
Tras el colapso del acuerdo nuclear de 2015 (JCPOA) y la salida de EE. UU. en 2018, Israel lanzó ataques selectivos contra puntos estratégicos del programa nuclear iraní. Según fuentes israelíes, al menos 14 científicos nucleares iraníes han muerto en el conflicto.
“La ofensiva israelí se inscribe en la doctrina Begin, formulada en 1981, la cual es una política de ataques preventivos destinada a impedir que una amenaza existencial, en este caso, un Holocausto nuclear, se materialice contra la población de Israel”, explicó Picado.
La respuesta iraní sorprendió a la inteligencia internacional por la cantidad, alcance y precisión de sus misiles. Los combates continúan con gran intensidad, impactando a la población civil y generando inestabilidad en los mercados internacionales.
Picado advierte sobre tres posibles escenarios si las hostilidades se intensifican: afectación local (liberación de sustancias tóxicas), afectación regional (desastres comparables a Chernóbil o Fukushima) y afectación global (uso de armas nucleares que podría desencadenar un ‘invierno nuclear’).
“Muchos estudios y simulaciones muestran que cualquier escenario militar de intercambio nuclear genera alteraciones ambientales a escala planetaria, con impactos negativos, de magnitud variable, sobre cultivos y ecosistemas”, alertó.
Irán sostiene que su programa nuclear tiene fines defensivos frente a la amenaza israelí, país que no ha firmado el Tratado de No Proliferación Nuclear (TNP). Picado resalta que “el OIEA cumple un papel técnico clave en la verificación nuclear, pero sus informes no están exentos de tensiones políticas”.
La escalada actual arrastra a potencias globales hacia una crisis que exige diálogo inmediato. “Estamos ante una guerra de arsenales poderosos, respaldados por alianzas internacionales, lo cual dibuja un paisaje peligroso para la humanidad. Como siempre, quienes terminan perdiendo son y serán los pueblos. Por eso debemos seguir alzando la voz en favor de la paz”, concluyó.