Roma, 16 oct (elmundo.cr) – Los participantes en la ceremonia anual del Día Mundial de la Alimentación pidieron hoy medidas más contundentes y urgentes en todos los sectores para que toda la población tenga a su disposición dietas saludables y sostenibles, y que además sean asequibles.
El Día Mundial de la Alimentación (DMA) de este año -convocado bajo el tema “Nuestras acciones son nuestro futuro. Una alimentación sana para un mundo #HambreCero”- ha tenido lugar en un contexto del aumento del hambre en el mundo, pero también del sobrepeso y la obesidad. La FAO y sus asociados consideran que existen soluciones asequibles para reducir todas las formas de malnutrición, pero que requieren de un mayor compromiso y actuaciones a nivel mundial.
“La acción colectiva es el mejor camino para hacer frente a un desafío global como es el hambre en el mundo”, afirmó el Primer Ministro de Italia, Giuseppe Conte, en su discurso de apertura.
Conte garantizó el apoyo de su país a una “visión de una agricultura integrada que apoye al planeta y la identidad cultural”, y subrayó la necesidad de entender el desarrollo “como una sincera colaboración internacional, política en el sentido más noble” para lograr los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Tanto Conte como el Director General de la FAO, Qu Dongyu, aplaudieron el anuncio del Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, de convocar una Cumbre de la ONU sobre Sistemas Alimentarios en 2021, como parte del Decenio de Acción para el cumplimiento de los ODS. Conte propuso que Italia fuera la sede del evento, oferta ante la cual Qu mostró su agradecimiento.
En un mensaje de vídeo para el DMA, Guterres calificó de “inaceptable” el aumento del hambre, ya que el mundo desperdicia más de 1000 millones de toneladas de alimentos al año.
El Papa Francisco, en otro mensaje especial leído en el acto, subrayó por su parte que “la lucha contra el hambre y la malnutrición no terminará mientras prevalezca la lógica del mercado y se busque el beneficio a toda costa”.
El Pontífice instó a cultivar estilos de vida inspirados en la gratitud, moderación y solidaridad, y recordó la necesidad de promover instituciones económicas e iniciativas sociales en apoyo a los necesitados.
“Debemos darnos cuenta -añadió- de que lo que estamos acumulando y desperdiciando es el pan de los pobres”.
En su intervención, el Director General de la FAO advirtió que “el hambre y la malnutrición serán los principales obstáculos para alcanzar los ODS para 2030 ¡si no actuamos ya!”.
Qu subrayó la importancia de la colaboración y el papel que todos deben desempeñar -desde los gobiernos, empresas alimentarias, el sector público y las instituciones de investigación hasta los consumidores- para avanzar para lograr dietas saludables para todos, y para detener -y, con suerte, invertir- la tendencia actual de aumento del hambre, el sobrepeso y la obesidad.
“Necesitamos una voluntad política y un compromiso firmes. Tenemos que invertir en nutrición y para la nutrición. Debemos caminar de la mano y construir sistemas alimentarios sanos y sostenibles”, añadió el responsable de la FAO.
También anunció el tema bienal de la Organización de la ONU para 2020-2021 -Promover dietas saludables y prevenir todas las formas de malnutrición-, a la vez que reafirmó el compromiso de la FAO con el objetivo global de acabar con el hambre y la malnutrición en todas sus formas para 2030.
En su discurso, el Presidente del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), Gilbert F. Houngbo, señaló por su parte que: “podemos cumplir nuestro compromiso de acabar con el hambre. Nuestro éxito dependerá de transformar los sistemas alimentarios mundiales para que incluyan a las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas. De modo que sean sostenibles: ambiental, social y económicamente. Y para que contribuyan a una alimentación sana para todos”. “Con las políticas y las inversiones correctas en desarrollo agrícola y rural -añadió- podemos crear un mundo con seguridad alimentaria en el que se reduzcan drásticamente tanto el hambre como la pobreza”.
David Beasley, Director Ejecutivo del Programa Mundial de Alimentos (PMA), se hizo eco a su vez del llamamiento para poner fin al desperdicio de alimentos, e instó a las personas de todo el mundo a unirse a la campaña del PMA #StopDesperdicio (#StopTheWaste en inglés): “la cantidad de alimentos desperdiciados a nivel mundial es suficiente para alimentar a otros 2 000 millones de personas, por lo que en un mundo en el que cada cinco segundos muere un niño por causas prevenibles como el hambre y la malnutrición, esto es algo totalmente inaceptable.
“Tenemos una solución al hambre en nuestras manos, simplemente administrando mejor los alimentos que ya tenemos. Si todos nos unimos y trabajamos juntos, podemos alcanzar el Hambre Cero, pero no debemos descansar hasta que todos los niños y niñas, en cualquier parte, se vayan a la cama con el estómago lleno”, advirtió Beasley.
El Presidente de Italia, Sergio Mattarella, envió a los asistentes al DMA un mensaje de apoyo, afirmando que “la inseguridad alimentaria es sin duda una de las peores consecuencias del cambio climático”.
En la ceremonia de hoy intervinieron igualmente ministros de varios países, dejando evidencia de la importancia de lograr que las dietas saludables sean accesibles y asequibles para toda la población.
Tomaron la palabra Edward Francisco Centeno Gadea, Ministro de Agricultura de Nicaragua, Kassoum Denon, Ministro Comisionado para la Seguridad Alimentaria de Malí, Elina Kalkku Viceministra de Política de Desarrollo del Ministerio de Relaciones Exteriores de Finlandia y Mariam bint Saeed Hareb Al Mehairi, Ministra de Estado para la Seguridad Alimentaria de los Emiratos Árabes Unidos. Además hubo un mensaje de apoyo por parte de Joaquim José Gusmão dos Reis Martins, Ministro de Agricultura y Pesca de Timor-Leste.
Argumentos a favor de una alimentación sana y sostenible
Durante su intervención, el Director General de la FAO recordó que hay más de 820 millones de personas hambrientas en el mundo. Sin embargo, señaló que, si bien el número total de personas que padecen subalimentación crónica ha aumentado en los últimos años, la población mundial ha crecido a un ritmo más rápido, y por ello el porcentaje ha disminuido en relación al total de la población.
Qu subrayó también que más de 2 000 millones de adultos -y casi 380 millones de niños y adolescentes-, tienen sobrepeso o son obesos. Esto se debe a que nuestros actuales sistemas alimentarios no logran garantizar la seguridad alimentaria para todos, y no proporcionan dietas saludables, al tiempo que contribuyen a la degradación del medio ambiente.
Desde la producción agrícola hasta el procesado y la venta al por menor, hay poco espacio para alimentos frescos producidos localmente, ya que los cultivos rentables de alto rendimiento gozan de prioridad.
Y aunque se producen suficientes alimentos en el mundo, no se producen allí donde más se necesitan.
Estimaciones recientes de la FAO y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) indican que, según las proyecciones, la productividad agrícola mundial aumentará más rápidamente que el incremento del 15 por ciento de la demanda de productos agrícolas en el próximo decenio, con una desaceleración de las emisiones de gases de efecto invernadero y sin una expansión sustancial del uso de la tierra.
Pero en lugar de ofrecer incentivos a los agricultores para que produzcan alimentos más nutritivos, muchos países siguen subvencionando productos de bajo valor nutricional, favoreciendo los alimentos básicos -trigo, arroz, maíz- por delante de las frutas y hortalizas. Esto tiene consecuencias negativas para la nutrición y la diversidad de la dieta.
Los alimentos muy ricos en nutrientes -como huevos, leche, frutas y hortalizas- pueden resultar muy caros, en especial en los países más pobres, lo que dificulta que las personas puedan variar su dieta respecto a los alimentos básicos. En los países más ricos y en un número creciente de países de bajos ingresos, los alimentos poco saludables son más baratos, y más disponibles y fáciles de conseguir.
Por otro lado, cada vez se dedica menos tiempo a preparar las comidas en el hogar, y los consumidores -sobre todo en las zonas urbanas-, dependen cada vez más de los supermercados, los establecimientos de comida rápida, los vendedores callejeros y los restaurantes de comida preparada para llevar.
La gente ha pasado de consumir platos de temporada -principalmente a base de hortalizas y ricos en fibra-, a dietas hipercalóricas, ricas en almidones refinados, azúcar, grasas, sal, alimentos procesados, carne y otros productos de origen animal.
Las dietas poco saludables son una de las principales causas de muerte en todo el mundo debido a enfermedades no transmisibles (ENT), incluidas las dolencias cardiovasculares, la diabetes y ciertos tipos de cáncer, lo que supone una gran carga para los presupuestos nacionales de sanidad. Se calcula que la obesidad costará 2 billones de dólares EEUU anuales en productividad económica perdida y costes directos de atención médica en todo el mundo.
Cómo lograr dietas saludables disponibles y accesibles para todos
Para hacer frente a esta situación, la FAO pide: mejores incentivos para los productores agrícolas del mundo; etiquetas alimentarias más completas y fáciles de entender y publicidad responsable para ayudar a los consumidores a elegir dietas más saludables. Además de un comercio más sostenible con normas claras; y dar mayor consideración a la nutrición como elemento de la inocuidad alimentaria.
El sector privado debería también reformular los productos para hacerlos más nutritivos, mientras que las empresas que producen alimentos nutritivos podrían recibir incentivos para hacer que sus productos sean más accesibles y asequibles.
Las tecnologías de la información y la comunicación (TIC) deberían aplicarse más ampliamente a lo largo de las cadenas de valor agrícolas para crear nuevas plataformas, reducir las disparidades entre las zonas urbanas y rurales y aprovechar el potencial de los teléfonos inteligentes como nueva herramienta agrícola para aumentar la productividad.
La FAO trabaja con sus asociados y comunidades de todo el mundo para intensificar los esfuerzos encaminados a lograr el Objetivo de Desarrollo Sostenible 2: Hambre Cero y dietas saludables.
En este contexto se incluye la elaboración, junto con la Organización Mundial de la Salud (OMS), de principios rectores sobre “Dietas saludables y sostenibles”, el apoyo a la implementación del Decenio de Acción sobre la Nutrición (2016-2025) y la prestación de apoyo a las políticas, estrategias y programas mundiales, regionales y nacionales en materia de seguridad alimentaria y nutrición.