Roma, 27 jul (elmundo.cr) – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) dará rápida implementación a un proyecto de gran impacto en América Central y África subsahariana para realizar un mapeo digital de nutrientes del suelo, gracias a una contribución de US $ 20 millones de dólares del Gobierno de los Estados Unidos de América. Este tipo de mapeo de suelos puede mejorar la eficiencia en el uso de fertilizantes y ayudar a impulsar la seguridad alimentaria y la nutrición.
“Esta contribución es oportuna y nos permite ampliar el uso del mapeo de suelos en las regiones donde más se necesita y donde estamos viendo una disminución en el uso de fertilizantes debido al incremento de sus precios”, afirmó QU Dongyu, Director General de la FAO, agradeciendo la inversión. “Al comprender qué nutrientes necesitan nuestros suelos y cultivos, reduciremos el desperdicio al aplicar fertilizantes y aumentaremos su efectividad”.
La Embajadora Cindy McCain, Representante Permanente de los Estados Unidos ante la FAO y las agencias de la ONU con sede en Roma, anunció la contribución durante una visita de campo de una semana a Guatemala y Honduras. Los fondos ayudarán a abordar lo que ella llamó una crisis alimentaria mundial sin precedentes, y las necesidades inmediatas y a largo plazo que enfrentan muchos países debido al aumento vertiginoso de los precios de los alimentos y los fertilizantes. Los impactos de la crisis climática, como sequías frecuentes, inundaciones y altas temperaturas, también ponen en riesgo la seguridad alimentaria y la nutrición. La gestión sostenible de los suelos para aumentar la resiliencia y adaptarse a estos cambios es esencial y debe basarse en decisiones informadas y un seguimiento continuo de la salud del suelo.
Los fondos se utilizarán principalmente para realizar mapas específicos de nutrientes del suelo para sistematizar y mejorar los mapas de suelos existentes en Guatemala y Honduras, así como en otros países de América Central y África subsahariana, donde el Embajador McCain señaló que la FAO tiene experiencia comprobada en la construcción de capacidades y la digitalización de mapas de suelos, que tienen impactos rápidos y positivos en el rendimiento y la sostenibilidad de los cultivos.
La FAO ya ha estado apoyando la ampliación de escala de un proyecto pionero en Etiopía, donde la agricultura, practicada casi en su totalidad por pequeños agricultores, representa el 40 % de la actividad económica de valor agregado y emplea a más del 80 % de la población. Ese proyecto utilizó tecnologías digitales de mapeo de nutrientes del suelo para generar información oportuna, particularmente sobre cómo optimizar el uso de fertilizantes, y ya ha llevado a aumentos en el rendimiento y la disponibilidad de granos de alta calidad en el país.
Fomentar la creación de bases de datos nacionales de suelos y sistemas de información de suelos como bienes públicos para ser utilizados por los formuladores de políticas, el sector privado y especialmente por los agricultores puede generar beneficios a largo plazo, así como mejorar la flexibilidad a corto plazo para adaptarse a las tendencias en los mercados de fertilizantes y a las dinámicas del clima sin comprometer la producción.
La necesidad de apoyar a Centroamérica
Aproximadamente una de cada seis personas en Guatemala y Honduras sufre desnutrición, y alrededor de la mitad no puede permitirse una dieta saludable, según el último informe de la FAO, El estado de la inseguridad alimentaria y la nutrición en el mundo.
Alrededor de un tercio de la tierra cultivable en América Central está cubierta por suelos degradados, en línea con el promedio mundial. La agricultura se ha basado tradicionalmente en las montañas de la subregión, cuyas laderas son particularmente vulnerables a los deslizamientos y la erosión hídrica. Estas fuerzas, exacerbadas por patrones climáticos extremos catalizados por el fenómeno de La Niña, cuyos efectos a menudo se magnifican aún más por la deforestación y otros factores humanos, eliminan la capa superior del suelo rica en materia orgánica y pueden desencadenar desequilibrios de nutrientes en el suelo. Uno de los resultados es una constante presión migratoria, de las zonas rurales hacia las ciudades y de las ciudades al extranjero. La pobreza y la vulnerabilidad a los desastres que destruyen los medios de subsistencia son particularmente intensas en el Corredor Seco de América Central, donde viven 10 millones de personas, lo que lo convierte en un objetivo principal para las iniciativas de creación de resiliencia que respaldarán los mapas de suelos.
La FAO está creando un sistema regional de información sobre suelos (SISLAC) que provee datos sobre suelos de toda América Latina y el Caribe.
Más información sobre el trabajo de la FAO sobre los suelos
Esta semana, la FAO y su Alianza Mundial por los Suelos están organizando el Simposio mundial sobre suelos para la nutrición, donde se debatirá la fertilidad de los suelos mundiales y las formas de mejorar la disponibilidad de nutrientes del suelo para los cultivos, sin dañar el medio ambiente.
La Alianza Mundial por el Suelo de la FAO ha estado apoyando a los países en el establecimiento de sistemas nacionales de información sobre el suelo y el desarrollo de mapas mundiales impulsados por los países, incluido el Mapa mundial de carbono orgánico del suelo, el Mapa mundial del potencial de secuestro de carbono orgánico del suelo, el Mapa mundial de suelos afectados por la sal, y el Mapa mundial de distribución de suelo negro..
Hasta la fecha, la Alianza Mundial por el Suelo ha llegado a más de 500 expertos nacionales de 52 países de América Central y África subsahariana y los ha apoyado en la producción de productos de datos de alta prioridad centrados en las principales amenazas del suelo, en el potencial de los recursos del suelo para abordar los impactos de la crisis climática, y en maneras de abordar la inseguridad alimentaria.
La FAO también está trabajando con los Países miembros en la preparación de los Mapas mundiales de nutrientes del suelo y presupuesto de nutrientes, para informar decisiones efectivas para impulsar la salud y la productividad del suelo. La FAO también está trabajando en el establecimiento del Sistema mundial de información sobre suelos (GLOSIS) y de la Red mundial de laboratorios de suelos (GLOSOLAN) para mejorar las capacidades de los laboratorios de suelos, incluida la espectroscopia de suelos para una caracterización rápida, rentable y no destructiva de las propiedades del suelo.
El Mapa Mundial de Suelos FAO-UNESCO, lanzado en 1961 y actualizado en serie desde entonces, es una base de referencia mundial. Mayores esfuerzos, a menudo utilizando tecnologías geoespaciales y tecnologías de aprendizaje de máquinas, están dando lugar a herramientas de políticas más precisas y sensibles a la nutrición, así como a vías para mejorar el retorno de las inversiones de insumos agrícolas como los fertilizantes.