Juba, 1 ago (elmundo.cr) – El coste de la inacción frente a la compleja crisis alimentaria, climática y de inseguridad en Sudán del Sur supondrá la pérdida de vidas humanas, medios de subsistencia y esperanzas de futuro para millones de personas a lo largo y ancho de esta joven nación, advirtieron hoy los jefes de tres agencias de las Naciones Unidas con sede en Roma: la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA) y el Programa Mundial de Alimentos (PMA) al finalizar una visita de tres días al país.
El Director General de la FAO, Qu Dongyu, el Presidente del FIDA, Álvaro Lario, y la Directora Ejecutiva del PMA, Cindy McCain, visitaron algunas comunidades que sufren las consecuencias de fenómenos meteorológicos extremos. Junto a una falta de infraestructuras adecuadas, estos eventos ligados al cambio climático están empeorando la crisis humanitaria del país, poniendo en peligro los medios de subsistencia agropastorales y agrícolas, y desplazando a comunidades enteras.
La visita tiene lugar tras la publicación del informe conjunto de las Naciones Unidas sobre el Estado de la Seguridad Alimentaria y Nutrición en el Mundo 2023, que reveló que 122 millones de personas más sufren malnutrición crónica desde 2019, y tan solo unos días después de que los líderes mundiales se reunieran en Roma para la cumbre de sistemas alimentarios (UNFSS+2, por sus siglas en inglés) – organizada por la ONU para evaluar el progreso realizado en la creación de sistemas agroalimentarios más eficientes, inclusivos, resilientes y sostenibles.
“Sudán del Sur tiene el potencial necesario para ser el granero de África Oriental, pero la crisis climática, la falta de infraestructura agrícola, la inestabilidad y las dificultades económicas siguen perturbando la productividad agrícola y ganadera y la disponibilidad de alimentos. Se necesitan urgentemente inversiones y políticas que permitan mejorar la seguridad alimentaria a largo plazo, la resiliencia y la adaptación al cambio climático”, dijo Qu (FAO).
“Sudán del Sur es un país joven, lleno de potencial, pero hoy en día las familias dependen de la agricultura de subsistencia. Con solo el 4 por ciento de las tierras de cultivo en explotación y el 80 por ciento de su población joven viviendo en zonas rurales, hay enormes oportunidades para desarrollar la agricultura y el sector alimentario en general. Para lograrlo, necesitamos movilizar grandes inversiones e poner en marcha las mejores prácticas para combatir la inseguridad alimentaria y adaptarnos al cambio climático. Esto también mejorará significativamente el empleo rural. Pero debemos actuar ahora”, dijo Lario (FIDA).
“Conflicto, cambio climático y costes disparados son la causa de que en Sudán del Sur presente uno de los mayores índices de prevalencia de hambre en todo el mundo. Sin embargo, repartir comida no es la solución. Tenemos que romper el ciclo y empoderar a las comunidades para plantar semillas de esperanza, oportunidades, y desarrollo económico. Con paz y estabilidad, el potencial de Sudán del Sur es increíble. No obstante, el PMA ni siquiera tiene los recursos necesarios para alimentar a quienes pasan hambre hoy – necesitamos que el mundo dé un paso adelante”, dijo McCain (PMA).
La emergencia humanitaria en Sudán del Sur se explica por la combinación de varios factores: conflicto armado, cambio climático y el aumento de los precios de los alimentos y el combustible. La situación se agrava por la lucha armada en Sudán, que ha empujado a huir a Sudán del Sur a más de 190,000 personas, aumentando la presión sobre unos recursos ya de por sí escasos. Al mismo tiempo, siete de cada 10 sudaneses del sur tienen entre 18 y 35 años y la tasa de desempleo juvenil de un 50 por ciento, exacerbada por bajos niveles de educación, formación limitada y una economía débil.
La colaboración entre las tres agencias de la ONU y el Gobierno de Sudán del Sur y otros socios ha ayudado a evitar la hambruna en estos últimos años, y ha permitido a los agricultores que aumenten su producción de alimentos e ingresos. Sin embargo, una acción sostenida y a mayor escala es necesaria para responder a la crisis de hambre actual, así como para evitar mayores contratiempos y contener futuras crisis.
La FAO aporta una gran riqueza de experiencia técnica y mejores prácticas en la producción de alimentos en áreas afectadas por la sequía, mientras que el FIDA invierte en agricultores de pequeña escala y estimula las economías rurales, y el PMA proporciona ayuda de emergencia durante las crisis y trabaja con las comunidades para fortalecer su resiliencia frente a los impactos y mejorar el capital humano.
Fortalecimiento de la colaboración
Durante la visita, los líderes de las agencias de la ONU viajaron a Aweil, en Bahr el Ghazal del Norte, donde se reunieron con miembros de las comunidades, que se han visto afectados por eventos meteorológicos extremos ligados al cambio climático —como inundaciones y sequías prolongadas—, y que participan en proyectos de la ONU para fortalecer la resiliencia, mitigar los impactos de los eventos climáticos y aumentar la producción de alimentos. También se reunieron con el Presidente de Sudán del Sur, el Excmo. Sr. Salva Kiir Mayardit, para tratar la colaboración constante entre las agencias y el gobierno.
También se firmó un nuevo acuerdo de colaboración de cinco años para renovar la cooperación entre las agencias, lo que permitirá que profundicen su colaboración y coordinación a nivel mundial, regional y nacional para apoyar el logro del Objetivo de Desarrollo Sostenible 2 – Hambre Cero.
Las agencias, en conjunto, cubren un espectro de trabajo que abarca desde la respuesta humanitaria a emergencias y catástrofes, hasta actividades de resiliencia y desarrollo. Según el acuerdo, las tres agencias con sede en Roma trabajarán en la transformación de los sistemas agroalimentarios, nutrición, igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, el fortalecimiento de la resiliencia, juventud y cambio climático.