Por Jörn Bender y Friederike Marx (dpa)
Fráncfort, 14 dic (dpa) – El ex presidente del Banco Central Europeo (BCE) Jean-Claude Trichet considera acertada la decisión de su sucesor al frente de la entidad, Mario Draghi, de comenzar a replegar la política monetaria ultraexpansiva puesta en marcha en la eurozona en marzo de 2015.
“La reciente decisión del BCE retirar estímulos (tapering) a partir de enero fue muy importante porque marca el inicio del regreso a la normalidad”, señaló el banquero francés en entrevista con la agencia alemana dpa.
“La política monetaria ultraexpansiva era la respuesta necesaria para la crisis de 2007 y 2008 y la posterior crisis de deuda europea. Sé que algunas de estas decisiones no fueron bien vistas por todos, pero estoy convencido de que eran necesarias, sobre todo en Europa”, recalcó.
El guardián monetario de la zona euro anunció el pasado mes de octubre que a partir de 2018 reducirá a la mitad el volumen de su programa de compra de activos a 30.000 millones de euros (35.000 millones de dólares) mensuales desde los 60.000 millones actuales, pero precisó que prolongará su duración en nueve meses hasta septiembre de 2018.
Con este movimiento paulatino de retirada de estímulos, que conjuga un recorte del volumen de adquisición de bonos con una extensión del programa, el BCE persigue evitar posibles movimientos bruscos en los mercados y va preparando el terreno para una futura subida de los tipos de interés.
Trichet, que dirigió el BCE entre noviembre de 2003 y octubre de 2011, advirtió que la crisis financiera reciente fue “posiblemente” peor que la registrada en 1929.
“Todos nos encontrábamos en una situación muy dramática. Esto es un hecho. Esta situación de extraordinaria dificultad exigió la puesta en marcha de medidas excepcionales por parte de bancos centrales y de gobiernos para evitar la tragedia”, explicó.
Sin desmarcarse del guión que habitualmente sigue Mario Draghi, el ex presidente del BCE indicó que los bancos centrales hacen todo lo que pueden para contribuir a la mejora de la economía, pero recalcó que no están solos y que necesitan de la ayuda de otros “aliados” como los gobiernos, los parlamentos o el sector privado.
“Los bancos centrales no pueden ni deben ser la única alternativa”, precisó.
El banquero galo dijo además que 19 años después de que el euro comenzara a circular como moneda única en la eurozona y nueve años después de la quiebra del banco estadounidense Lehman Brothers, todavía no acababa de entender por qué en Alemania se seguían alzando numerosas voces críticas en contra del BCE.
“El principal miedo de la opinión alemana cuando comenzó el euro era que la moneda no fuese capaz de mantener su valor, que se convirtiera en una moneda débil que causaría una alta inflación y sucedió exactamente lo contrario”, sentenció.
“El BCE ha hecho una labor extraordinaria garantizando el valor del euro tanto dentro de la eurozona como fuera”, agregó.
A punto de cumplir los 75 años el 20 de diciembre, Trichet confesó que a pesar de no estar en la primera línea continúa teniendo una agenda muy apretada que apenas le deja tiempo libre.
“Mi mujer se queja de que mi tiempo libre sigue siendo tan escaso como cuando presidía el BCE y no le falta razón”, manifestó para a continuación señalar que disfruta leyendo poesía o acudiendo a la ópera.