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Estados Unidos y América Latina: Reto presente y futuro de la criptomoneda

Washington, 18 abr (VOA) – Corría el año 2008, cuando Satoshi Nakamoto, un hombre de quien prácticamente no se conoce la identidad, ideó una forma de transferir dinero a través de Bitcoin, una moneda digital, en una red de pagos que no estaba controlada por ninguna institución bancaria ni gobierno.

Bitcoin fue la primera criptomoneda. Después llegó Ethereum, Tether o Binance, entre muchas otras. Las monedas digitales se han popularizado de tal manera que, muchos, consideran que ya se han establecido las bases para fomentar este tipo de transacciones en un futuro cercano en todos los sectores, tanto públicos como privados. Sin embargo, hay muchas dudas sobre su viabilidad en tanto que las criptomonedas se crearon como un instrumento para transferir dinero gestionado íntegramente por los usuarios, de igual a igual, sin supervisión de un organismo público.

Rosie Ríos, que fue la Tesorera de Estados Unidos durante el gobierno del expresidente Barack Obama, asegura a la Voz de América que “las criptomonedas y cualquier cosa con tecnología blockchain (que sirve para realizar registros seguros) es un nivel completamente nuevo de transacciones”, que va mucho más allá del mero hecho de realizar un intercambio de dinero.

“También funciona para los bienes raíces, para el arte, etc. Y la tecnología blockchain proporciona una especie de sistema de contabilidad para cualquier transacción futuro”, explicó Ríos desde su casa en San Francisco, California, en una conversación vía telemática.

En su opinión, las criptomonedas han llegado para quedarse y tanto los gobiernos, las empresas y los particulares deben adaptarse a esta nueva realidad financiera. “El tren ya salió de la estación, ya está ahí afuera, y no va a volver en un corto plazo”, advierte.

¿Qué es el blockchain?

La tecnología blockchain consiste en realizar una transacción directa y sin la participación de intermediarios. Hasta ahora, si uno quería enviar dinero a otra persona, ya fuera en el mismo país o al extranjero, estaba bajo la supervisión de una entidad bancaria que, a su vez, contaba con el control de un gobierno. Las personas utilizaban una cartilla, física o digital, para controlar todas las transacciones que se hacían a modo particular, pero el Blockchain es una especie de plataforma pública en la que quedan reflejadas todas las transacciones de todos los usuarios, no solo de uno en particular.

“Es una serie de libros contables financieros tecnológicos. Es algo así como lo que yo consideraría un activo flotante. No hay nada realmente detrás de eso”, comenta la experta.

¿Tendrán futuro los criptomonedas como reemplazo al dinero convencional?

Ríos, considerada una de las mujeres más influyentes en el mundo de las finanzas por su extensa trayectoria profesional, ahora forma parte de la junta directiva de Ripple, una compañía que gestiona pagos internacionales y que ha desarrollado XRP, otra criptomoneda en uso. Ella es una firme defensora de este tipo de transacciones financieras y está convencida de que el blockchain se va a popularizar aún más entre la población millennial y las siguientes generaciones.

“Son muy expertos en la tecnología, están atados a las aplicaciones y al uso que hacen del teléfono celular” expone agregando que “cualquier cosa que tenga una base tecnológica será mucho más rápido y más accesible”.

Con todo, recuerda que las instituciones financieras están desfasadas y que este tipo de tecnología permite un intercambio mucho más rápido y seguro y sin tanta burocracia como se necesita ahora. “Hay muchas instituciones financieras que tienen unos sistemas muy antiguos, con mucha infraestructura antigua y necesitan actualizarse para mantenerse al día con lo que está sucediendo con todas las innovaciones y las finanzas”, apunta.

Estados Unidos podría sacar su propia criptomoneda

Y los gobiernos, también tienen que hacer su trabajo al respecto ya que esta realidad no es ajena a los organismos públicos que regulan el sistema financiero. Estados Unidos, por ejemplo, ya se está preparando para ello. El presidente Joe Biden, a principios de marzo, firmó una orden ejecutiva para la regulación de las criptomonedas y pidió a la Reserva Federal explorar la posibilidad de crear su propia divisa digital.

Un portavoz de la Casa Blanca, bajo anonimato, aseguró que la Administración estadounidense está viendo la popularidad de las criptomonedas como una oportunidad para evaluar los riesgos y las ventas de tener activos digitales, según una nota que recoge la agencia Associated Press.

Brian Deese, el asesor principal del Gobierno en cuestiones económicas, y Jake Sullivan, asesor de Seguridad Nacional, confirmaron que esta orden ejecutiva es la primera medida que se toma como una estrategia nacional sobre el uso de monedas digitales y otros activos del mismo tipo.

El papel de liderazgo de EEUU

A través de un comunicado, sostuvieron que la medida impulsada por Biden “ayudará a posicionar a Estados Unidos para que siga ejerciendo un rol de liderazgo en la innovación y regulación de un ecosistema de valores digitales, tanto a nivel nacional como internacional, de tal manera que proteja a los consumidores, que se ajuste a nuestros valores democráticos y que impulse la competitividad global estadounidense”.

A juicio de Ríos, la orden ejecutiva supone “una mirada muy completa a los activos digitales en general” y el impacto que puede tener en la economía, en un momento especialmente delicado por la incertidumbre económica ante el temor de una posible recesión y una inflación histórica agravada por la guerra en Ucrania.

“Hay que analizar el impacto de las criptomonedas en todos los ámbitos”

“Todas las agencias reguladoras tienen que estar implicadas en esto, incluido el Departamento del Tesoro”, explicaba Ríos, quién lideró la Iniciativa del Futuro del Dinero durante el tiempo que estuvo al frente de la agencia federal, precisamente para dar observar la función y el impacto que podrían tener los valores digitales en la sociedad y en los organismos públicos y regulatorios.

La decisión de la Casa Blanca al impulsar esta orden ejecutiva no es un síntoma de temor por rol que pueden jugar las criptomonedas para afectar al dólar, sino el nuevo escenario legal que se plantea al respecto.

“Esta es la próxima ola real de la diligencia obligada que debe ocurrir para comprender todos los impactos que podría tener un activo digital. Y eso incluye la protección al consumidor, el tipo de riesgos de seguridad nacional en relación al financiamiento ilícito”, dijo.

“Por lo tanto, la Administración pasará prácticamente el resto del año resolviendo e investigando cómo eso afecta a sus respectivas agencias, incluso con la posibilidad de lanzar una moneda digital a través del Banco Central y la Reserva Federal”, agregó.

Un esfuerzo global para dar cabida a las criptomonedas

Sin embargo, recalca Ríos, está situación no incumbe solo a una nación sino a todo el mundo, con países que tienen intereses distintos a los de Estados Unidos y que eso podría dificultar las posibilidades de encontrar puntos comunes al respecto.

“A nivel mundial, hay muchos otros países que tienen puntos de vista diferentes, con autoridades y permisos muy diferentes. Pero sí, el hecho de que la Administración esté tomando la iniciativa a este nivel de investigación es importante”, declaró convencida de que “absolutamente se necesitará un esfuerzo internacional para que las criptomonedas puedan utilizarse sin problemas” en todos los ámbitos de la sociedad.

Criptomonedas en América Latina

La región latinoamericana también deberá adaptarse al nuevo escenario propiciado por los activos digitales. El Salvador dio el primer paso y se convirtió en el primer país en adoptar el Bitcoin como la moneda de curso legal en toda la nación, a pesar de que más del 20 por ciento de la población no sabe qué es un Bitcoin.

Además, Venezuela y Argentina forman parte del Top 10 de los países con mayor uso de las criptomonedas en todo el mundo. “Hay muchos países (de la región) que se están inclinando hacia el futuro y quieren dar ese salto”, asegura Rosie Ríos.

La exfuncionaria estadounidense también forma parte de la junta directiva de la compañía de tecnología financiera Energy Bank, con sede en Brasil, que en los últimos meses ha mirado a otros países de América Latina para aprovechar el auge de las criptomonedas y las posibilidades de desarrollo económico que pueden acarrear.

“Ven esto como una forma no solo de empoderar a sus ciudadanos, sino también de participar más en los sectores de tecnología global que ya existen”, explica sobre las oportunidades que puede presentar América Latina en temas relacionados con la criptomonedas.

A modo de conclusión, reitera que, al igual que está haciendo Estados Unidos, los gobiernos de otros países deberían tomar la misma iniciativa para analizar el impacto de las criptomonedas en general.

“Mi mensaje es alto y claro. Todos los países deben tomar la iniciativa que está tomando EE. UU. en términos de reconocimiento sobre cómo se verá afectado su país y como podría beneficiarse de los activos digitales. Y eso incluye criptomonedas”, apostilló.

De momento, es muy temprano para vislumbrar una respuesta certera al respecto a pesar de que los expertos en la materia aseguran que este tipo de activos digitales serán los que dominarán en el futuro.

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