Washington, 21 jun (elmundo.cr)-En una escalada sin precedentes en Medio Oriente, Estados Unidos ha entrado oficialmente en la guerra entre Irán e Israel, tras bombardear tres instalaciones nucleares iraníes. Así lo confirmó el presidente Donald Trump, quien señaló que se trató de un ataque “quirúrgico y exitoso”.
Los sitios atacados incluyen las instalaciones de Fordow, Natanz y una planta cercana a Isfahán, todas señaladas por occidente como centros clave en el desarrollo del programa nuclear iraní. Bombarderos B‑2 estadounidenses habrían sido utilizados para ejecutar los ataques, empleando armamento capaz de penetrar estructuras subterráneas.
“Todos los aviones ya están fuera del espacio aéreo iraní. Estados Unidos ha demostrado que no permitirá el desarrollo de armas nucleares ni el ataque a nuestros aliados sin consecuencias”, declaró el mandatario desde la Casa Blanca.
La intervención se da luego de semanas de tensión creciente entre Israel e Irán, y tras repetidas advertencias de Teherán de que una participación directa de Estados Unidos en el conflicto “traería consecuencias devastadoras”.
Ataques y represalias
Mientras tanto, Israel ha continuado sus operaciones ofensivas contra objetivos iraníes. En las últimas horas, se reportaron bombardeos sobre centros de mando y control de la Guardia Revolucionaria iraní, así como nuevas explosiones en áreas cercanas a Arak y Qom.
Irán, por su parte, lanzó misiles balísticos y drones contra territorio israelí. Algunas de estas ofensivas impactaron áreas cercanas a Haifa y Beersheba, aunque las Fuerzas de Defensa Israelíes (FDI) aseguran haber interceptado la mayoría con sus sistemas antiaéreos.
En medio del conflicto, Estados Unidos comenzó a evacuar parte de su personal diplomático en Israel, como medida preventiva, mientras eleva la alerta para ciudadanos estadounidenses en todo el Medio Oriente.
Silencio internacional y advertencia nuclear
El gobierno iraní calificó la intervención estadounidense como un “acto de agresión imperialista” y advirtió que responderá “en el lugar y momento que considere necesario”. A su vez, fuentes no oficiales en Teherán señalan que las instalaciones atacadas sufrieron daños, aunque no han confirmado pérdidas humanas ni emisiones radiactivas.
Desde las Naciones Unidas, hasta el momento no ha habido una declaración oficial, aunque diplomáticos europeos instan a una “desescalada urgente” y llaman a restaurar canales de diálogo.
Expertos en política internacional han advertido que el ingreso oficial de Estados Unidos al conflicto podría “romper definitivamente el equilibrio estratégico en la región y provocar una guerra regional total, con impactos globales”.
La guerra ya es global
Con esta ofensiva, Estados Unidos se convierte en actor activo de la guerra entre Irán e Israel, marcando el inicio de una nueva etapa en uno de los conflictos más complejos del siglo XXI.
La situación evoluciona por horas. Fuentes militares estadounidenses no descartan nuevos ataques si Irán responde con mayor agresividad, mientras las principales capitales del mundo observan con tensión el posible desenlace de un conflicto que ahora amenaza con extenderse mucho más allá de las fronteras de Oriente Medio.