Madrid, 24 oct (elmundo.cr) – Después de 44 años, España pone punto y final a la disputa sobre la remoción de la salma del dictador Francisco Franco del Mausoleo de Estado en la Basílica Cuelgamuros en el Valle de los Caídos al cementerio público del Pardo en la periferia noroeste de la ciudad de Madrid.
La exhumación de los restos del caudillo fue una de las primeras disposiciones anunciadas por el premier socialista Pedro Sánchez después de alcanzar el poder en el verano del 2018. No se había podido concluir, dado el sinnúmero de recursos presentados por la familia del dictador a la justicia española. Después de muchas y ásperas confrontaciones se pondrá fin a este triste capítulo de la reciente historia de España.
El traslado de la salma se cristaliza exactamente un mes después de que los seis jueces de la Corte Suprema española asintieron unánimemente a la exhumación de la salma de Franco. El gobierno español rechazó asimismo todas las pretensiones de la familia para obtener los honores de Estado. Sánchez recordó como el mausoleo fue edificado con el “sacrificio de miles de prisioneros políticos de la dictadura”, muchos de los cuales todavía no han sido identificados.
Ceremonia vedada a la prensa, presentes la Ministra de Justicia, Dolores Delgado, un experto forense, un sacerdote y 22 descendientes del déspota. Después de una oración del prior de la Basílica Santiago Carrera, el féretro de Franco fue llevado en las espaldas de parientes hasta el carro fúnebre y posteriormente cargado en un helicóptero militar que lo transportó hasta el cementerio de El Pardo Mingorrubio. En el trayecto de 15 minutos viajaron en la aeronave la ministra de Justicia, el abogado de familia, Luis Felipe Utrera Molina, y el nieto del dictador Francis Franco.
Francisco Franco murió el 20 de noviembre de 1975, jefe del Estado durante la dictadura desde 1939 al 1975. Golpista integrante del pronunciamiento militar de 1936 que desembocó en la Guerra Civil Española, llevó a cabo miles de ejecuciones. Pidió ser enterrado en el imponente mausoleo que se hizo construir gracias al trabajo forzoso de los prisioneros republicanos. El objetivo era glorificar la “Cruzada” guiada por el dictador durante y después de la Guerra Civil que provocó medio millón de muertos. Bajo una gigantesca cruz alta 150 metros, fueron sepultados los restos de 34 mil víctimas de republicanos y falangistas, muchos contra la voluntad de sus familiares.
El 26 de diciembre del 2007, durante el gobierno socialista de Jose Luis Rodríguez Zapatero, el Congreso de los Diputados aprobó la Ley 52/2007, en la cual se reconocen y amplían derechos y se establecen medidas a favor de quienes padecieron persecución o violencia durante la Guerra Civil y la dictadura, conocida popularmente como la ‘Ley de la Memoria Histórica.’
Para el Primer Ministro en funciones Pedro Sánchez, la exhumación del dictador “pone fin a una afrenta moral: el enaltecimiento de la figura de un dictador en un espacio público (…) se da un paso más hacia la reconciliación”.
En España, la Guerra Civil sigue generando muchísimas controversias, 80 años después de su epílogo y cuatro décadas del fin de la dictadura. “Nos costó mucho tiempo deshacernos de un régimen represor. Y casi nos ha llevado el mismo tiempo apartar los restos de su artífice del homenaje público”, reconoció Sánchez en una declaración en el Palacio de La Moncloa. “Hoy España cumple consigo misma”, reconoció.