Bogotá, 9 sep (VOA) – Periodistas, organizaciones y gremios de la comunicación en Colombia rechazaron el discurso del presidente de Colombia, Gustavo Petro, en el que señaló a las periodistas como “muñecas de la mafia”. Las “estigmatiza” y pone en peligro su ejercicio periodístico, advirtieron.
La semana pasada, durante un discurso en la posesión de la primera mujer al frente a la Defensoría del Pueblo, Iris Marín, el presidente, en principio, rechazó la esclavitud, alabó la labor de las mujeres y resaltó su elección de una terna de mujeres para ser defensora.
Sin embargo, más tarde, se refirió a las comunicadoras y señaló que “las periodistas del poder, las ‘muñecas de la mafia’, construyeron la tesis del terrorismo en la protesta y la criminalización del derecho genuino a protestar y a decir basta”.
Cabe anotar que las Muñecas de la Mafia es una serie televisiva colombiana, producida en 2009, sobre mujeres que se ven involucradas en el negocio del narcotráfico.
Las declaraciones, de inmediato, generaron el rechazo precisamente de la Defensora del Pueblo, quien en su cuenta de X aseguró que “no hay espacio para estigmatizaciones o agravios frente a las periodistas. Nada lo justifica” y advirtió que hay que debatir las diferencias y no violentar a las mujeres.
Muy distante de una corrección o rectificación, posteriormente el presidente escribió en su cuenta de X que los medios de comunicación desinforman y buscan censurar su discurso completo.
”Claro que el periodismo está lleno de mujeres valientes, algunas asesinadas por decir la verdad. Pero el discurso es claro y ustedes lo manipulan”, manifestó.
Y aclaró que cuando habla “de periodistas del establecimiento”, se refiere “a quienes no están al servicio de la ciudadanía, sino a quienes trabajan para poderes oscuros”.
“Mayor hostilidad”
La Fundación para la Libertad de Prensa FLIP, la cual defiende la labor de los periodistas en Colombia, señaló, a través de un comunicado, que este tipo de hechos “son conductas que generalizan, estigmatizan y perpetúan los estereotipos de violencia contra las mujeres periodistas”.
A propósito, Daniel Chaparro, asesor de dirección de la FLIP, dijo a la Voz de América que “el uso de palabras estigmatizantes, sexistas, machistas e irresponsables que hizo el presidente en un contexto de un país donde se ejercen diversos tipos de violencia contra las mujeres y contra las mujeres periodistas, es altamente peligroso”.
Este tipo de actuaciones “van enturbiando el trabajo periodístico que día a día realizan las periodistas, que ya es un trabajo de por sí muy complejo… Colombia es un país muy difícil para ejercer el periodismo, uno de los países más difíciles y más violentos en Latinoamérica y esto le añade un grado mayor de hostilidad en un ambiente ya bastante caldeado para hacer el periodismo, sobre todo en los lugares más distantes de los centros de poder”, añadió.
Para Patricia Muñoz Yi, docente e investigadora y directora de Posgrados de la Facultad de Ciencia Política y Relaciones Internacionales de la Pontificia Universidad Javeriana, el discurso del mandatario colombiano “es una forma de denigrar y estigmatizar el ejercicio de la mujer en el periodismo”.
“Coloca a las mujeres, en particular, en una posición que no enaltece lo que muchas mujeres valientes han realizado, a través del periodismo, denunciado actos de corrupción y actos asociados a hechos ilícitos”, agregó.
E incluso “pone a la mujer en una posición de riesgo, también en la forma como son recibidas las investigaciones, opiniones y posiciones de estas mujeres con relación a los hombres que también ejercen el periodismo”, explicó la académica a la VOA.
Según Chaparro, se tienen registros de que las periodistas en el país “reciben violencias basadas en género que no deberían ser alimentadas por parte de la persona que ocupa el lugar más alto en el Estado colombiano”.
Cifras de la fundación indican que, entre 2023 y 2024, se han documentado 171 casos de agresiones contra periodistas, de las cuales 43 han sido amenazas. Además, se ha evidenciado “un fenómeno de acoso digital que afecta especialmente a las comunicadoras”.
De los 32 tipos de agresiones que recoge la FLIP, la más preocupante, señaló su vocero, está relacionada con las amenazas, “no solo a las mujeres, a ellas directamente, las periodistas, sino también muchas veces a sus familiares, sobre todo cuando son madres”.
Rechazo unánime
Periodistas reconocidas en Colombia, como Claudia Palacios, Yolanda Ruiza, Vanessa de la Torre, Mónica Rodríguez, así como organizaciones de la sociedad civil y gremios como el Círculo de Periodistas de Bogotá CPB, Prisa Media, El Veinte, entre otras, también han reiterado la gravedad de esta narrativa que puede conducir a otro tipo de violencias.
Palacios afirmó, a través de un video compartido a la VOA, que no conoce “a ninguna colega periodista que sea una “muñeca de la mafia””. En cambio, sí a “muchas que incluso arriesgando su vida y la de sus familias, han construido una carrera a pulso para contar las historias de este país y que en una democracia deberían tener el derecho de obrar según su criterio editorial sin ser estigmatizadas”.
Palacios, autora de diferentes libros, entre ellos Hembrujas: Muchas voces de una lucha en la que faltan hombres, dijo que “la estigmatización trunca vidas, trunca sueños, trunca carreras” y, por esa razón, lamenta que sea el presidente, a quien “por su liderazgo, le corresponde un mayor nivel de responsabilidad en garantizar la libertad de expresión, el derecho a la información, la libertad de prensa, que sea quien estigmatice”, lo que evidencia “un sesgo de género, un cierto nivel de misoginia y de machismo”.
Por su parte, Prisa Media señaló, a través de un comunicado, que Petro descalificó, de este manera, el trabajo de las mujeres y que “el presidente solo tiene el deber de respetar la libertad de prensa, sino también de respetar con sus expresiones la dignidad del ejercicio profesional de las periodistas colombianas”.
El CPB consideró que “debe existir respeto no solo a la profesión sino a las mujeres que la ejercen y pidió “una retractación sobre los calificativos”.
Por su parte, Chaparro dijo a la VOA que es muy importante reiterar el llamado que le han hecho al mandatario, en repetidas ocasiones, de no seguir estigmatizando y alertó de cómo, cada tercer día, en promedio, un funcionario público de las distintas ramas del poder agrede a un periodista por razones vinculadas a su oficio.
A través de sus canales oficiales, la Misión de Observación Electoral (MOE) también exhortó al gobierno “a preservar una relación respetuosa con los medios de comunicación, reconociendo el papel fundamental que desempeñan en una democracia y en la vigilancia del poder”.