Roma, 11 feb (elmundo.cr) – A medida que el hambre en el mundo sigue aumentando debido a la proliferación de conflictos y el impacto del cambio climático, la FAO está buscando 940 millones de dólares EEUU para salvar las vidas y medios de subsistencia de parte de la población más afectada por la inseguridad alimentaria que hay en el mundo.
En 2019, la FAO espera llegar a más de 32 millones de personas que dependen de la agricultura para su supervivencia y medios de vida a través de una serie de intervenciones destinadas a impulsar la producción local de alimentos y mejorar la nutrición, al tiempo que refuerzan la resiliencia de las comunidades ante las crisis.
La respuesta de la FAO ayudará a abordar las causas profundas del aumento de la inseguridad alimentaria y la malnutrición, en particular de las poblaciones más vulnerables. Entre las actividades planificadas figuran el suministro de insumos agrícolas, como semillas, aperos, fertilizantes y otro material elementos para el cultivo, la reposición de ganado o la distribución de piensos y la atención veterinaria, así como la capacitación en mejores prácticas agrícolas, nuevos enfoques para la producción alimentaria y estrategias de diversificación de los medios de vida. La ayuda humanitaria con proyectos de resiliencia a largo plazo comporta también la gestión y conservación de tierras y aguas, la mejora de la productividad agrícola de los pequeños campesinos y el apoyo a las familias pobres con asistencia a base de dinero en efectivo.
Apoyo continuo a los medios de subsistencia agrícolas para resistir las crisis
Las crisis relacionadas con el cambio climático, conflictos, desastres naturales y los brotes de plagas de plantas o enfermedades de los animales continúan planteando grandes desafíos a los agricultores pobres de todo el mundo, perjudicando sus medios de vida, reduciendo el acceso a oportunidades de generación de ingresos y obligándolos a abandonar sus hogares. A la vez que también se pone presión sobre unos recursos limitados.
Además, la situación de sequía pertinaz en los últimos años en varias regiones ha dado lugar a malas cosechas consecutivas en países que sufrían ya de elevados niveles de inseguridad alimentaria y malnutrición.
Estos desafíos seguirán siendo una preocupación primordial en 2019. Las condiciones para que se desarrolle el fenómeno de El Niño a principios de año puede complicar la situación. Los riesgos que entraña El Niño – generalmente asociados a fuertes lluvias, inundaciones y sequías- agravan tanto la inseguridad alimentaria mundial como la capacidad de adaptación de las poblaciones vulnerables.
“La agricultura es la principal fuente de sustento para la mayoría de las poblaciones afectadas por la crisis”, señaló Dominique Burgeon, Director de la División de Emergencia y Resiliencia de la FAO. “Por tanto, es crucial invertir en agricultura y apoyo a los sistemas alimentarios desde el inicio de una crisis, para salvar vidas y permitir que las familias atrapadas por los combates o que viven en áreas remotas reanuden rápidamente la producción local de alimentos y obtengan ingresos. Con el apoyo de nuestros socios que aportan recursos, esperamos ayudar a restablecer los medios de vida de millones de personas, reducir su dependencia de la ayuda alimentaria externa y reforzar su resiliencia frente a las crisis”, añadió Burgeon.
Un abanico de ayudas adaptadas a las necesidades
La respuesta de emergencia de la FAO en 2019 se centrará en ayudar a las comunidades con mayor inseguridad alimentaria en más de 30 países.
Aquí se incluye a Yemen -la mayor crisis humanitaria del mundo-, donde la FAO pretende llegar a 8,6 millones de personas con intervenciones de gran impacto que combinan dinero en efectivo y apoyo a los medios de subsistencia agrícolas. En Siria, 3,5 millones de personas se beneficiarán del restablecimiento de los medios de vida agrícolas y las cadenas de valor.
En Somalia, la Organización tiene la intención de asistir a 3,1 millones de personas que se enfrentan al hambre aguda con ayuda de emergencia para los medios de subsistencia. Al mismo tiempo, en la República Democrática del Congo, la FAO quiere ayudar a 1,8 millones de congoleses afectados por la crisis a restablecer sus medios de vida y mejorar la producción de alimentos.
La ayuda irá desde iniciativas para impulsar la producción local de alimentos y mejorar la nutrición en los hogares, campañas para ayudar a las familias dependientes del ganado a mantener sus rebaños vivos y saludables, y proyectos de gestión de los recursos naturales y la tierra para mitigar los riesgos de inundaciones o erosión y crear resiliencia en las comunidades frente a las consecuencias del cambio climático.
Un impulso importante será la ayuda en efectivo que pondrá dinero en los bolsillos de las personas más vulnerables, para que puedan alimentar a sus familias mientras trabajan para reanudar la producción doméstica de alimentos después de las crisis.