ANÁLISIS
Von Johannes Schmitt-Tegge (dpa)
Washington, 28 may (dpa) – El “soccer” sigue siendo en el país del football, el béisbol y el baloncesto un deporte de niñas, pero son precisamente los estadounidenses lo que han sacudido los cimientos de la FIFA con sus descubrimientos, lo que ha generado burlas en Internet: Estados Unidos no ganará el Mundial, pero son campeones a la hora de hacer investigaciones.
Pocas veces la imagen de Estados Unidos como policía del mundo y moralista ante la corrupción había quedado tan clara como con el arresto de siete altos funcionarios de FIFA en un lujoso hotel de Zúrich (Entre ellos el costarricense Eduardo Li). Pero, ¿cómo puede llegar el brazo de la Justicia estadounidense hasta el otro lado del Atlántico? ¿Supera el Tío Sam sus límites jurisdiccionales, como dijo el Ministerio de Exteriores ruso? ¿Se atribuyen demasiado poder los Estados Unidos?
Judicialmente se necesita un pequeño truco, un gancho, para poder agarrar a ciudadanos extranjeros en el extranjero. Por ejemplo, que una parte del crimen se haya realizado dentro de la jurisdicción de Estados Unidos, según explica Jessica Tillipman, profesora de Derecho en la George Washington University Law School. Y eso puede ser desde una llamada de teléfono con alguien en Estados Unidos, una visita al país o enviar un E-Mail que llega a través de un servidor dentro de Estados Unidos, explica al diario “The Washington Post”.
A veces basta con un vuelo al aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York para que la fiscalía de Brooklyn sea competente. “Sólo tiene que haber un punto de contacto”, dice Tillipman.
En el caso de la FIFA es el flujo de dinero ilegal a través de bancos con sede en Nueva York. “En los años 90 y aún más en 2000 y 2010, los acusados y sus cómplices usaron el sistema financiero de Estados Unidos”, se lee en la acusación de 161 páginas. La FIFA pagó desde sus cuentas en Suiza a receptores con cuentas en Estados Unidos y otras partes del mundo, afirma. Parte de los sobornos fluyeron a través de las sucursales en Nueva York del JPMorgan y Citibank.
También se habla de diversos encuentros en Miami y en el barrio neoyorquino de Queens para tratar el tema de los sobornos. “Si toca nuestro territorio con sus empresas corruptas o con reuniones o a través de nuestro sistema financiero, tendrá que rendir cuentas”, dijo el director del FBI, James Comey, a “The Wall Street Journal”.
Que el país afectado, en este asunto Suiza, colabore, depende de cada caso. Ahora queda por saber si los detenidos serán finalmente extraditados. En general, los gobiernos cooperan cada vez más en este tipo de crímenes, dice la jurista Tillipman: “Vemos una suerte de internacionalización del derecho penal”.
El gobierno de Washington ya considera un éxito la intervención. “Nunca hemos tenido escrúpulos para acusar en Estados Unidos aunque muchos de los delitos se hayan cometido en el extranjero”, dijo la fiscal general (ministra de Justicia), Loretta Lynch, a “The New York Times”.
Lynch compara las investigaciones de FIFA co ncasos como los de los miembros de la mafia en Roma o Sicilia. “El sistema de bancos de Estados Unidos era parte del sistema de los funcionarios del fútbol. Pensaban claramente que Estados Unidos sería un lugar seguro para sus operaciones”.
