Roma, 3 nov (elmundo.cr) – La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) informó el viernes de que el indicador de referencia de los precios mundiales de los productos alimenticios había disminuido de forma moderada en octubre, con un descenso del 0,5% desde septiembre, siendo el índice de los productos lácteos el único que había subido.
El índice de precios de los alimentos de la FAO, que hace un seguimiento mensual de los precios internacionales de un conjunto de productos alimenticios comercializados a escala mundial, se situó en octubre en un promedio de 120,6 puntos, es decir, un 10,9% por debajo de su valor de hace un año.
El índice de precios de los cereales de la FAO disminuyó un 1,0% desde el mes pasado. Los precios internacionales del arroz cayeron un 2,0% ante una demanda mundial de importaciones más bien pasiva, mientras que los del trigo disminuyeron un 1,9%, depreciados por la abundante oferta en los Estados Unidos de América y la fuerte competencia entre los países exportadores. Por el contrario, las cotizaciones de los cereales secundarios subieron ligeramente, encabezadas por el maíz debido a la reducción de la oferta en la Argentina.
El índice de precios de los aceites vegetales de la FAO disminuyó un 0,7% desde septiembre, ya que la bajada de los precios mundiales del aceite de palma, a raíz del aumento estacional de la producción y la atonía de la demanda mundial de importaciones, compensó con creces la subida de los precios de los aceites de soja, girasol y colza. Los precios del aceite de soja subieron como consecuencia de la fuerte demanda del sector del biodiésel.
El índice de precios del azúcar de la FAO disminuyó un 2,2%, pero se mantuvo un 46,6% por encima del nivel registrado en el mismo mes del año pasado. El descenso de octubre obedeció principalmente al dinámico ritmo de producción en el Brasil, aunque la caída se vio frenada por la preocupación acerca de las perspectivas de una oferta más limitada durante el año próximo.
El índice de precios de la carne de la FAO descendió un 0,6%, debido a que la apatía de la demanda de importaciones, en especial de Asia oriental, provocó una caída de los precios internacionales de la carne de cerdo que compensó con creces los aumentos marginales de los precios de las carnes de aves de corral, bovino y ovino.
En tendencia opuesta, el índice de precios de los productos lácteos de la FAO subió un 2,2% en octubre, con lo que puso fin a nueve meses de descensos. Los precios mundiales de la leche en polvo fueron los que más subieron como consecuencia del aumento repentino de la demanda de importaciones respecto de los suministros tanto a corto como a más largo plazo, así como de cierto grado de incertidumbre acerca de los efectos de las condiciones atmosféricas de El Niño en la próxima producción lechera en Oceanía.
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Nivel cómodo de reservas mundiales de cereales
En una nueva Nota informativa sobre la oferta y la demanda de cereales, publicada también el viernes, la FAO ha mantenido su pronóstico sobre la producción mundial de cereales en 2023 en 2 819 millones de toneladas, un máximo sin precedentes.
Se introdujeron algunos ajustes en las cifras relativas a los países, en particular respecto del aumento de la producción de cereales secundarios en China y en la mayor parte de África occidental y la rebaja de los pronósticos relativos a los Estados Unidos de América y la Unión Europea. Los pronósticos sobre la producción de trigo se incrementaron en los Estados Unidos de América e Iraq y se efectuaron revisiones a la baja en los casos de Kazajstán y la Unión Europea. Se prevé que la producción mundial de arroz en 2023/24 aumentará ligeramente en términos interanuales. Las nuevas revisiones incluyen una mejora de la producción de la India, que compensa con creces varias otras revisiones, en particular una nueva reducción de las previsiones acerca de la producción en Indonesia.
Según los pronósticos, la utilización mundial de cereales en 2023/24 ascenderá a 2 810 millones de toneladas, con una utilización total tanto de trigo como de cereales secundarios que superará los niveles de 2022/23, mientras que se prevé que la de arroz se estancará en el nivel alcanzado en la campaña precedente.
Se estima que la relación entre las reservas mundiales de cereales y su utilización a escala mundial en 2023/24 se situará en el 30,7%, es decir, “una situación cómoda de la oferta desde una perspectiva histórica” y ligeramente por encima del nivel del año precedente, del 30,5%, de acuerdo con la FAO.
Según el pronóstico, la producción mundial de cereales en 2023/24 ascenderá a 469 millones de toneladas, lo que supone una contracción del 1,6% respecto del año precedente.
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Los conflictos y la debilidad de las divisas agravan el hambre en los países vulnerables
La persistencia y la intensificación de los conflictos está agravando la inseguridad alimentaria, y la moderación de los precios internacionales de los productos básicos alimentarios se ve contrarrestada por la debilidad de las divisas en muchos países de ingresos bajos. Las evaluaciones realizadas confirman que un total de 46 países de todo el mundo, 33 de ellos en África, necesitan asistencia alimentaria externa, según el último informe Perspectivas de cosechas y situación alimentaria, una publicación trimestral del Sistema mundial de información y alerta sobre la alimentación y la agricultura (SMIA) de la FAO, también publicado hoy.
Se estima que ya en 2022 más de la mitad de los residentes en la Franja de Gaza se encontraban en situación de inseguridad alimentaria aguda, y la escalada del conflicto en la zona incrementará las necesidades de asistencia humanitaria y de emergencia, incluso cuando el acceso a las zonas afectadas sigue siendo una preocupación alarmante, según la FAO, que añadió que los efectos derivados del conflicto podrían empeorar la inseguridad alimentaria en el Líbano.
En el informe se señala que, si bien se prevé que la producción mundial de cereales en 2023 se incrementará un 0,9% respecto del año anterior, el ritmo de crecimiento será la mitad para el grupo de los 44 países de bajos ingresos y con déficit de alimentos (PBIDA).
En el informe se ofrece información detallada acerca de la inseguridad alimentaria y las tendencias de los precios a que se enfrentan las personas sobre el terreno en los países afectados. También se ofrece una evaluación detallada de la producción de cereales regional y las perspectivas del comercio en todo el mundo.